Me ha dejado fascinado el proyecto de Time in a can (el tiempo visto desde una lata) y me he animado a contarlo por aquí. Y es que aunque no es muy específico para niños me parece que algún padre osado y con ganas de experimentar se puede atrever a realizar un ejercicio parecido al que han lanzado desde el Estudio Redondo.
Todos los niños que han nacido en el siglo XXI ya no saben lo que es una cámara de fotos analógica porque para ellos todo es digital. Y cada vez más cosas lo son para ellos. Sin embargo en el siglo XIX la fotografía empezó siendo una técnica basada en cómo capturar la luz en un espacio concreto de la misma forma que los pintores capturaban la realidad utilizando sus pinceles. En aquella época se experimentaba con la cámara oscura, una pequeña caja opaca en la que un agujero diminuto dejaba entrar la luz que se capturaba en un papel fotosensible dejando una imagen especial. Hay mucha literatura al respecto de esta técnica utilizada en este tipo de cámaras, llamadas estenopeicas, y para un niño puede ser fascinante entender y experimentar el proceso en casa.
Y es en lo que ha trabajado el Estudio Redondo. El proyecto ha consistido en realizar un agujero diminuto, se puede ver en la página el proceso de fabricación y el tamaño con un microscopio electrónico, en 200 latas perfectamente pulidas. Esas 200 cámaras estenopeicas se rellenaron con papel fotosensible y se colocaron en lugares estratégicos por todo el mundo. Para ello se contó con la colaboración de 40 profesionales de la fotografía que las ubicaron por los hemisferios norte y sur de la Tierra y dejaron que recibieran luz durante ¡seis meses!
Este vídeo muestra el proceso de trabajo con las latas antes de ser enviadas a los fotógrafos:
Los resultados son espectaculares y muestran, de forma muy clara, cuál es el rastro que realiza el sol en el cielo durante todo ese período, el que va del solsticio de invierno 2011 al de verano 2012. Las fotos son solarigrafias y las líneas que se ven son el rastro dejado por el sol. Se puede observar que el sol se tumba mucho en invierno y se levante en verano haciendo que en invierno los días sean mucho más cortos que en el verano.
Las cámaras estuvieron colocadas al aire libre, con la orientación adecuada para poder obtener las imágenes de las trazas del sol. Es una pena porque parece que muchas cámaras han sido sometidas a actos vandálicos, que digo yo que qué placer hay en tirarle piedras a una lata o en darle patadas. El caso es que no todas sobrevivieron aunque las que lo hicieron mostraron unos resultados fascinantes y que no os podéis perder en la galería de la página del proyecto.
Para ilustrar la página he elegido la imagen de Georgina Shaw que la realizó en Wellington, en Nueva Zelanda. Apuntó hacia el norte y la dejó durante seis meses. El papel fotográfico es Ilford MGIV- RCW y el tamaño es de 14,5 x 15,5 cm. Los bordes de la imagen están negros porque apenas les llegó la luz a través del agujero así que no se pudieron sensibilizar y por lo tanto no muestran imagen.
He visto que hay muchas páginas para explicar cómo se hace una cámara estenopeica. Me ha encantado esta que he visto en Naturpixel o la que tienen nuestros compañeros de XatakaFoto que incluye hasta un recortable en pdf para construir una preciosa Hasselblad.
Vía | Cuarto Derecha Más información | Time in a Can Más información | Estudio Redondo Imagen | Georgina Shaw