Uno de los temores de Kim Kardashian, antes de dar a luz al que ha sido a su segundo bebé, era el de dar a luz por cesárea. No quería, así que cuando le dijeron que su bebé estaba mal posicionado, con la cabeza hacia arriba, no dudó en recibir la asistencia que hiciera falta para dar la vuelta al bebé y poder tener un parto vaginal.
La versión cefálica externa
Tal y como leemos en People, viendo que el bebé estaba al revés, y a riesgo de que el parto acabara en parto de nalgas o cesárea, se optó por hacerle una versión cefálica externa, que es la manera fina de decir "dar la vuelta al bebé que viene de nalgas, desde fuera".
La versión cefálica externa se suele realizar a partir de las 36-37 semanas, cuando el bebé tiene ya un tamaño tal que lo tenga difícil para volver a girarse, aunque según la OMS es mejor esperar a que el bebé esté a término. En caso de hacerse demasiado pronto el bebé gira más fácilmente pero cabe la posibilidad de que haga un nuevo giro y se coloque de nuevo en podálica.
Al parecer, fueron tres los profesionales que desde el exterior intentaron esta maniobra. Primero le dieron medicación para relajarle el útero y luego dieron la vuelta al bebé con éxito, en una técnica que no siempre acaba bien, puesto que en el 42% de las ocasiones el bebé permanece en la misma posición.
Un ejemplo en vídeo
Hace más de un año compartimos con vosotros este impresionante vídeo en el que veíamos en qué consistía la maniobra. Visto así parece muy fácil, pero no siempre es así porque las condiciones no son siempre las mismas. Digamos que la del vídeo es la versión cefálica externa "nivel Dios", pues en solo dos minutos y con solo dos manitas se logra girar al bebé, pero precisamente por eso creo que es una manera muy gráfica de mostrar en qué consiste.
Por poco acaba dando a luz por cesárea
El segundo hijo de Kim Kardashian nació el sábado 5, unos 20 días antes de lo esperado, y en el parto se dieron cuenta de que Kim tenía de nuevo la placenta acreta, una condición que ya sufrió en su primer embarazo y que es peligrosa porque consiste en una inserción de la placenta más profunda de lo habitual, que conlleva un importante riesgo de hemorragia al salir ésta.
Por un momento valoraron la posibilidad de realizar cesárea para disminuir riesgos, pero entre su deseo de evitarlo si era posible y los profesionales que la atendieron lograron que el parto fuera vaginal. El alumbramiento se alargó hasta las dos horas, pues los profesionales extrajeron su placenta con cuidado, para intentar evitar la hemorragia.
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