Cuando hace dos semanas publicamos nuestra visión de la carta de la médica que explicaba lo bueno que es parir en los hospitales y lo malo que es parir en casa quisimos dejar claro que gran parte de culpa la tienen los profesionales que atienden a las mujeres.
Claro que los hay comprometidos, respetuosos y conocedores de que la mujer es la que tiene que tomar las decisiones relativas a su parto; estoy convencido de que es lo más habitual. Pero hay otros, como al parecer esta profesional, que piensan diferente y creen que, por ser quienes ostentan los títulos, son los que pueden y deben hacer siempre lo que consideren mejor, incluso en contra de los deseos de las mujeres (y a menudo en contra de lo que se considera adecuado en un parto).
La respuesta por su parte a nuestro post fue un escueto insulto a mi persona, o lo que es lo mismo, un cerrar los ojos a una realidad (la de las mujeres huyendo de los hospitales) que podría ir a más si hay quien sigue tratando así a las mujeres, si las siguen infantilizando, haciendo creer que son tontas y, sobre todo, si les siguen diciendo alguna de las más de 50 horribles frases que pueden decirte en un hospital cuando vas a parir.
Son frases que ninguna mujer olvidaría y que hemos extraído de la página de Facebook "Basta de Violencia Obstétrica", así como de algunas mujeres que las han querido compartir para hacer este post.
Más de 50 frases y sucesos que nunca deberían haberse pronunciado ni sucedido
Mi bebé estaba ingresado con una malformación en neonatos cuando el cuerpo médico se acercó a preguntarme: 'Dinos la verdad: ¿con qué te drogas?' Todavía me acuerdo y me dan ganas de llorar.
A mí no me despiertes a las 3 de la mañana para decirme que tienes contracciones. Llámame cuando ya hayas dilatado.
Si no te calmas tu hija se te va a morir adentro. ¿Quieres que se muera tu hija? No es para tanto. Yo he tenido tres hijos y no grité como tú.
En neonatos, cuando conocí a mi hija por primera vez y le quise dar la teta la enfermera me dijo: 'Ah, pero tú tienes los pezones planos, no puedes'. Y se fue sin ayudarme.
Tienes un mioma, será cesárea. Te sale a tres mil pesos y dependiendo de cómo esté el mioma te saco el útero. Total, ya tienes tres hijos.
Bueno, a ver... lo estás empezando a perder, ¿ves? Se está desintegrando. No te alteres (hoy su hija tiene 2 años).
Si no sale en la próxima contracción, te corto.
Ahora te pongo oxitocina y en un rato lo tienes.
Antes de ir al quirófano vamos a ver si hay latidos, porque después el bebé nace muerto y la culpa es del médico.
Mira, si quieres que te atienda yo, va a tener que ser por cesárea antes del 10 de octubre, porque yo después viajo, que me voy a la boda de mi hija.
En sala de parto, cuando el obstetra me ató las piernas y me obligó a acostarme y yo le decía que habíamos acordado que estaría sentada, me dijo: 'Ahora mando yo'.
Tus contracciones son una porquería.
¿Y cómo vas a estar sin anestesia? ¿Vas a estar tranquila? Porque yo mis oídos los quiero sanos.
No serás de las que abusan de la medicación y por eso se adelantó el parto?
Estás gigante, ¿por ahí abajo piensas sacar eso que tienes en la barriga?
'Yo no estoy para explicarte, estoy para curarte'. 'Pero yo estoy embarazada, no enferma'.
Estás verde, qué lástima. Iba a ser un bonito parto, pero yo no corro riesgos; ni se te ocurra pensar que puedes elegir la fecha de la cesárea.
¿Así que tú no quieres peridural? Pues yo la pongo igual te guste o no, y si yo quiero vas a cesárea... y además uso fórceps, ¿eh?.
'Mira papá, te la he dejado kilómetro cero', le dijo a mi compañero al acabar de coserme.
No, le voy a dar un biberón. Tú no tienes leche, tienes calostro, y eso no la alimenta.
Yo que sé por qué no baja. No sé si eso que tienes adentro no baja porque es un Down.
Sin gritar, que no estás en la carnicería.
Te programo cesárea porque si empiezas el trabajo de parto por la noche yo no tengo todas las luces recién despierto. No querrás que te asista alguien dormido, ¿no?.
Cállate o te duermo entera.
En mi primer embarazo, entrando por la puerta del hospital y justo cuando llego a donde está la matrona y me pregunta mi nombre (y no se que más), justo me da una contracción, así que me paro e intento respirar profundamente y me agarro a mi pareja para soportar mejor el dolor... a lo que la matrona me agarra de un brazo y me dice en tono brusco: 'Venga, venga, que todas me hacéis lo mismo, no es para tanto y yo no tengo todo el día'.
Eres de las que no dilata.
Lo estás haciendo todo mal.
'Vengo porque estoy de parto'. '¿Y tu qué vas a saber? Ya te iremos nosotros si estás de parto o no'.
Las españolas gritáis una barbaridad. Las mejores son las chinas, que no dicen ni mu.
Tienes el cuello más cerrado que el culo de una muñeca.
Piénsate bien si quieres un parto vaginal. Si me vienes con miedos y te vas a poner histérica ese día, mejor programamos una cesárea.
Nada más entrar en el paritorio me dijeron 'Ya vas a saber empujar, ¿no?'. Se me paralizaron las contracciones, me bloqueé y tuvieron que hacerme una episiotomía que luego cosieron mal.
Deja de llorar que te va a quedar la cicatriz (cesárea) en zig-zag.
Mientras lo fabricabas seguro que no te quejabas tanto, ¿eh?.
Como has engordado tanto no voy a poder ponerte la epidural así que a parir...
No tienes líquido, tu bebé es muy grande y no va a salir, así que ni lo vamos a intentar. Además no estás de parto. (Pesó 3,400 Kg y estaba de 41 semanas).
La anestesista antes de ponerme la epidural: 'Mantén un poco la compostura, hija'. Un rato después, llorando porque me dijeron que no debería tener más hijos, se acerca la misma anestesista y me dice: 'Pues hija, no sé para qué quieres más, yo tengo uno y a ratos me sobra'.
No se qué coño has aprendido en preparación al parto porque no sabes pujar.
Mientras me cosían el desgarro, sin anestesia, yo al notarlo me echaba atrás en acto reflejo y la ginecóloga me dijo: "Te voy a coser por las buenas o por las malas, tú verás". En el mismo parto: "Qué poca tolerancia al dolor tienes, no?". Pedí que cerraran la ventana porque me dio una tiritona y la matrona me dijo: "Pues es que hace calor y los que estamos trabajando somos nosotros".
La nochecita que me vais a dar quejándoos tanto. Pero niña, que empujar ni empujar, que a ti te quedan aún entre 9 y 10 horas. Joder con las primerizas (unos minutos después mi bebé empezaba a asomar la cabeza).
¡Como no dejes de vomitar no puedo sacarte al niño!
Cuando te portes bien te dejaré ir al lavabo; que estés sufriendo me alegra, quiere decir que vamos bien; mira que ya sabías lo que eran las contracciones y vuelves a repetir... ¡no aprendéis!
Qué quieres chica, esto es así ¿o que esperabas? Claro que duele.
¡Deja de gritar y toda la fuerza me la sacas por el coño!; Qué cojones estás haciendo para tener la cama como la tienes (se me había roto la bolsa).
Si en una hora no lo saca la RAJO. ¡Ésta no me jode las vacaciones!
Las que traéis plan de parto lo único que hacéis es que todo vaya mal.
"Hoy estoy siendo generosa y os estoy dando una ayudita a todas" y zas! Maniobra de Hamilton sin preguntar.
En mitad de mi cesárea las ginecólogas cantan a unísono: "Somos el equipo de la muerte".
Usted no sabe pujar, ¡puje para abajo no para arriba! ¿acaso quiere que se le ahogue el niño?
Me da igual, ni modas ni carallos, a la siguiente le pongo enema, que limpie la mierda su madre.
Mientras me exploraban, en pleno parto y tras rotura de bolsa en casa, entre la gine y la residente: '¿Hamilton?'. 'Sí, hecho'. Y yo, ¿qué es eso? 'Ah, nada, nada, una cosa muy bonita'.
Como no me puse la epidural, la enfermera me dijo al llegar a la habitación y trarme los analgésicos: 'Ahí los tienes. Y si tampoco te los quieres tomar, haz lo que te de la gana también'.
Durante los últimos momentos de la dilatación, el dolor era indescriptible, horroroso. Gritaba por la epidural a la que me había negado mil veces antes, y la ginecóloga me dijo: "¿¿Tú no querías parir?? Pues vas a parir". Luego me hicieron un Kristeller al que ya no tenía voluntad para negarme, el dolor se multiplicaba cada vez que me torturaba de aquella manera, y gritaba más aún. La ginecóloga que lo estaba haciendo me dijo que me callara ya por dios, que la iba a dejar sorda. Cuando vi que preparaban para episiotomía, les dije que no, que no consentía y a partir de ahí empezaron a llamarme "Sandrita, la del no" (no a la cesárea, no a la oxitocina, no a la episiotomía...). Cuando por fin nació mi niña, la frase fue: "Qué paz, por fin se acabaron los gritos" "Están todas las demás mamás acojonadas de la que has liado".
Me obligaron a tomar oxitocina sí o sí. Antes si no me equivoco te la ponían en una bebida y a mi me "cebaron" a zumos a pesar de que les decía que no quería más. Sólo les faltó ponerme un embudo para servirse ellos a gusto.
También me obligaron a ponerme la epidural porque según la doctora no iba a poder parir sin ella. Detallar que sus recomendaciones eran más bien imposiciones por el elevado tono de voz en el que me lo decía.
Después nada más ponerme de parto resulta que me dice uno de los que me metía en el paritorio: "YA NOS HAS JODIDO EL DÍA" (lo digo en mayúsculas porque se me quedó grabado para siempre ) porque precisamente era el cambio de turno.
Por si eso fuera poco la doctora que me atendía me dijo que me callara y dejara de gritar que no era para tanto y cuando me saca a la niña se la entrega al nuevo turno y ella se pira!!!!! Como si vendiera galletas vamos!!! Resultado: me dejaron placenta dentro y una infección que me hizo estar entre la vida y la muerte durante casi un mes ingresada en el hospital con la tragedia de no poderle dar pecho a mi hija y todas las secuelas que ya sabemos que conlleva la separación madre hijo.
Sinceramente me sentí como un cerdo que entra en el matadero atendida por psicópatas libres de cualquier indicio de conciencia y empatía. ¿Ese es el estado de Bienestar en el que se supone que vivimos? Hubiese parido más feliz en el bosque junto a los animalillos que no en ese lugar lúgubre, lleno de incompetentes y de basura humana.
El trauma al que someten a las mujeres es un abuso que hay que cortar ya de raiz, y si mi testimonio sirve para ello creo que me ayudará a sanar gran parte del dolor que dejaron impreso esos "canallas".
Sigue sucediendo hoy en día
No digo más. Cada cuál que extraiga sus propias conclusiones. Muchas madres me han dicho que no tenían nada malo que decir de sus partos... así debería ser siempre. Sin embargo, ya veis. En un momento hemos conseguido más de 50 frases diferentes. En muchos casos no he añadido los comentarios porque ya se repetían.
Aún tienen que cambiar muchas cosas, pero muchas, para que las mujeres puedan confiar en los profesionales si pueden encontrarse algo así, para que no sientan la necesidad de huir de los hospitales para poder tener un parto sin que las maltraten, y para que muchas profesionales matronas no decidan huir también de los hospitales, con la intención de poder atender tal y como sienten que deben hacerlo.
Estas frases se dicen en pocos segundos, pero quedan en la memoria para el resto de la vida; a veces cada cumpleaños del bebé es el aniversario de un suceso que debería haber sido maravilloso y resultó ser doloroso, traumático, indignante, estresante e incapacitante: ninguna mujer debería llorar recordando su parto por culpa de una atención prepotente, poco empática y nada cercana. Y sigue sucediendo.
Y es que los profesionales a veces solo tienen en cuenta que ellos atienden decenas de partos cada semana, cuando para las mujeres son experiencias casi únicas que recordarán, para bien o para mal, por siempre.
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