Tras convertirnos en madre, el cuerpo de la mujer no vuelve a ser el de antes. Es uno de los cambios que nos trae la maternidad y debemos aprender, poco a poco, a aceptarnos y querernos en ese nuevo cuerpo. No quiere decir que haya que abandonarse, en absoluto, sino asumir el cambio que se ha producido y buscar la manera de empezar a sentirte cómoda en tu piel.
Laura Mazza, madre de dos niños y autora del blog Mom to the run compartió en su perfil de Facebook un conmovedor mensaje de aceptación sobre su nueva imagen a raíz de una conversación que tuvo con su marido. Ella le dijo, destrozada, que ya no tenía el cuerpo del que él se había enamorado y su marido le dio las más bonita de las respuestas.
"Este no es el cuerpo del que te enamoraste". Le dije. El cuerpo del que se enamoró era tonificado, tenía músculos, no había estrías en mi barriga, ni en mis pechos, mi tripa no tenía separación muscular. El cuerpo del que se enamoró cabía en vaqueros apretados, podía entrar en una tienda, comprar cualquier tamaño y salir, sabiendo que me iría bien. Mi cuerpo de ahora no podría comprar en esas tiendas, ni usar leggings. Su cuerpo se mantuvo igual, pero el mío cambió en todos los sentidos. No es justo. Me quedé frente a él, agotada y rota, las lágrimas brotaron de mis ojos, "este no es el cuerpo del que te enamoraste".
Él dijo: "Tienes razón, no es el cuerpo del que me enamoré. En cambio, es un cuerpo que permitió crecer a nuestros hijos, alimentó a nuestros hijos, consoló a nuestros hijos, creó vida. Me enamoro de tu cuerpo cada día. No sabía qué era el amor hasta que vi este cuerpo y descubrí todo lo que podía hacer, así que gracias. "
No te avergüences de lo que tienes, o de cómo luce tu cuerpo de mamá, hay mucho tiempo para renunciar a las tartas en el futuro, por ahora, disfruta de los momentos que tienes, y disfruta del hecho de que has hecho algo que vale la pena. Cada estría y cada hoyuelo. Si necesitas un recordatorio, esto es todo, este cuerpo que tienes ahora, vale cada poco de amor y más.
La aceptación de la propia imagen
Durante el embarazo el cuerpo de la mujer experimenta una gran transformación, tanto física como emocional. Después de tener hijos, la mayoría de las mujeres quedan con estrías, unos kilos de más, caderas más anchas, pechos más caídos y barrigas más abultadas. También hay quienes vuelven a la silueta que tenían antes de dar a luz, y algunas transforman su imagen para conseguir el cuerpo que siempre habían deseado.
La belleza está en todos esos nuevos cuerpos, porque son cuerpos que han gestado y dado vida a un ser humano, tu hijo, lo más maravilloso que un cuerpo puede hacer. Y, además, si tu pareja también lo ve así, el proceso de aceptación es mucho más fácil.
Vía | Huffington Post
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