¡Cuando seas padre comerás huevos! Con lo que me gustan, fritos, revueltos, en tortilla, siempre pensaba en esta frase cuando era niño. Hoy para celebrarlo debidamente, os propongo hacer un desayuno especial para el Día del Padre, unos huevos Benedict o huevos Benedictine.
La receta tiene su origen en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York y es una auténtica delicia. Es una receta sencilla y efectiva, que dejará contento a todo padre en su día especial y que no requiere más de 20 minutos en la cocina, aunque hay que hacerla con mucho cariño y dedicación para que quede en su punto.
Ingredientes para un desayuno especial
- 2 rebanadas de pan de molde, 1 huevo y dos yemas, 25 gr de mantequilla derretida, 2 lonchas de bacon y cebollino para decorar
- Además, un café con leche y un zumo de dos naranjas recién exprimido
Cómo hacer un desayuno especial para el Día del Padre
Comenzamos preparando la base de nuestro huevo Benedict, cortando con un vaso dos rebanadas de pan para que queden redondas. La receta original se hace con un panecillo tostado llamado muffin' inglés pero con pan de molde queda muy rico. Podemos untarlo con un poquito de mantequilla y tostarlo levemente en la sartén. Yo aprovecho para ir tostando también las lonchas de bacon.
Mientras tanto, ponemos agua a cocer en una cacerola y cuando hierve, añadimos un chorrito de vinagre y escalfamos un huevo durante dos minutos, para que quede recogido, es bueno dar unas vueltas con una cuchara provocando una pequeña turbulencia en el agua, antes de echar el huevo. Así queda bien en un momento. Al sacarlo, recortamos la clara sobrante para que quede bien bonito.
La parte más delicada de esta receta es hacer la salsa holandesa, una salsa que se puede cortar si no se hace con cuidado. Ponemos un cazo con agua y sobre él ponemos un bol para hacer la holandesa al baño María. Cuando el agua esté cerca de hervir, pero antes de que hierva, ponemos el fuego al mínimo y empezamos. Echamos las yemas, las batimos con las varillas y poco a poco vamos añadiendo la mantequilla derretida, haciendo una especie de mayonesa pero con mantequilla en lugar de aceite. En pocos minutos, tendremos una salsa holandesa lista.
Montamos el desayuno especial poniendo una de las tostadas como base, sobre ella las dos lonchas de bacon cruzadas y sobre ellas, el huevo escalfado. Entonces lo cubrimos con la holandesa y la espolvoreamos de cebollino. Ponemos al lado el otro pan y se lo llevamos al homenajeado, dando un corte al huevo en el último momento para que se salga la yema y le deje impresionado.
Tiempo de elaboración | 20 minutos Dificultad | Media
Degustación
Cuando le lleves a papá un huevo Benedict sabrá que le has preparado un desayuno especial para el Día del Padre. Para acompañarlo, un café con leche y un zumo de naranja recién exprimido y no necesitará más para sonreir durante todo el día.
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