Cada año nacen 15 millones de bebés prematuros y desde hace décadas se está avanzando en su cuidado para que cada vez más de estos pequeños héroes salgan adelante sin secuelas. Ya se conocía la importancia del método canguro para los bebés prematuros, o de la lactancia materna y ahora un estudio ha comprobado que proporcionar sensaciones táctiles agradables a los bebés permite un mejor desarrollo cerebral.
Por contra, cuanto más dolor físico hayan sentido los prematuros a consecuencia de pinchazos u otras intervenciones en su estancia en la UCI de neonatos, su respuesta cerebral a otros estímulos táctiles leves es menor, como si el sentido del tacto se viera perjudicado por esos procedimientos o como si el cerebro no se hubiera desarrollado siguiendo una evolución normal.
La investigación ha sido llevada a cabo por especialistas de Estados Unidos y publicada en la revista "Current Biology". Sus autores también comprobaron que, cuanto más prematuro es un bebé, menor es su respuesta al tacto suave.
Por ello es importante potenciar las sensaciones táctiles agradables en el recién nacido, con el fin de moldear y favorecer el desarrollo de su cerebro. Y es que a menudo tenemos en cuenta otros sentidos del bebé, como la vista o el oído, pero el tacto también le proporciona muchas de las primeras experiencias de aprendizaje.
Los científicos registraron mediante electroencefalogramas las respuestas cerebrales al tacto suave (soplos de aire en la palma de la mano) de más de un centenar de recién nacidos a término y prematuros a punto de ser dados de alta del hospital. Se tuvieron en cuenta las respuestas de la corteza cerebral en relación con los estímulos dolorosos o agradables durante la estancia en la UCI, registrados en su historial.
Estímulos agradables: la lactancia materna, el contacto piel con piel, masajes o las sesiones de terapia ocupacional.
Sensaciones dolorosas: inyecciones, pinchazos, inserciones de tubos o intervenciones quirúrgicas menores.
El sentido de los bebés que habían padecido sensaciones dolorosas quedaba afectado, digamos que se podría haber producido una especie de "inmunización" al haber sentido dolor. Y si pensábamos que el suministro de azúcar o de medicamentos para mitigar el dolor de esos procedimientos anularía este resultado, no es así según el estudio.
El tacto del bebé prematuro
Puede que vean poco o nada al nacer, pero los bebés prematuros ya tienen todos sus receptores táctiles en marcha. No obstante, mientras en el útero las experiencias serían la del calor del líquido amniótico, tocarse a sí mismo, el cordón, las paredes uterinas... en el hospital las sensaciones se multiplican y demasiadas veces no son agradables.
En plena etapa de desarrollo neuronal, hay que procurar que el bebé no sufra estímulos inadecuados para evitar que el sistema nervioso se resienta y, en la medida de lo posible, se desarrolle de manera normal, sin fuertes impactos.
Por todo ello, que la familia del bebé esté cerca es muy importante, proporcionándole al prematuro el mayor número de estímulos positivos posible. La medicina agresiva no les hace ningún bien y se trabaja en alternativas menos invasoras y siempre que lo padre puedan estar junto a su bebé, tocándolo, proporcionándole calor, alimento... será mejor.
No todas las UCI neonatales tienen la misma política respecto a la entrada o estancia de los padres junto a sus bebés, pero sin duda cada vez más deberían tenerse en cuenta estas evidencias que señalan que, tomando las precauciones adecuadas dada la fragilidad de los prematuros, lo mejor es que estén cerca de ellos.
Al final, está claro que los niños que pasan más tiempo en contacto piel con piel con sus padres se van antes a casa porque evolucionan mejor que los que pasan menos tiempo y están más en la incubadora. Los bebés prematuros necesitan sentirse tocados, mimados y no doloridos.
Foto | iStock
Vía | Cell
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