Una de las preguntas que más hacen los padres acerca de los bebés es la relacionada con su visión: ¿Ya ve? ¿Cuándo empiezan a ver? ¿Cómo te ve un recién nacido?
Que ya ven desde que nacen lo sabemos desde hace tiempo, así que a la pregunta de si ven la respuesta es sí, desde que nacen ya ven. Lo que cuesta un poco más definir es cómo te ve y a qué distancia te reconoce.
Para dar respuesta a estas preguntas investigadores del Instituto de Psicología de la Universidad de Oslo y de la Universidad de Uppsala en Estocolmo han estudiado la visión de los bebés y su respuesta cuando alguien se sitúa a diferentes distancias y hace diversos gestos faciales y han logrado determinar cuál es la mejor distancia para dirigirte a un bebé.
Siguen siendo los 30 cms de siempre
Hace unos meses os ofrecimos una entrada en la que os explicamos que la mejor distancia para dirigirte a un recién nacido está entre los 20,3 y los 30,5 cm.
Curiosamente (o quizás no sea tan curioso, sino algo lógico), es la distancia a la que queda el rostro de mamá cuando le está dando el pecho, o la distancia de la cara de papá cuando le coge en brazos y le acuna. Esto quiere decir que es esa distancia la que más le tranquiliza, la que le puede hacer fijar la mirada en la cara de sus padres y, en consecuencia, ser los momentos en que más calmado puede estar: en brazos de mamá o papá y siendo alimentado.
A la vez, es la distancia que a los padres nos hace ver que se fija en nosotros, que se queda atento a lo que hacemos y decimos y es, entonces, el momento en que vemos que nuestro hijo conecta con nosotros. Y como nos gusta que conecte, que nos mire y que podamos hacerle muecas y responda, nos gustará cogerle en brazos que es, precisamente, el momento en el que más seguro está y más probabilidades hay de que sobreviva (imaginad que un bebé llorara en brazos y estuviera tranquilo a 10 metros o más de nosotros... probablemente ya nos habríamos extinguido).
Pues bien, el nuevo estudio viene a decir que la mejor distancia para dirigirte a un niño son 30 cm. Vamos, que no han descubierto nada nuevo.
Pero... sí han estudiado otras distancias, y emociones
Según los investigadores, hasta la fecha los experimentos que se habían hecho con bebés se habían llevado a cabo con fotografías de personas puestas más cerca o más lejos de los ojos del bebé. Lo que han hecho para la ocasión es poner vídeos en que los gestos van cambiando.
Es decir, no han ofrecido a los bebés una persona mostrándose feliz en una foto, enfadada en otra, neutral en la siguiente y sorprendida en la última, sino que les han puesto un vídeo en el que una persona va cambiando de emociones a lo largo del metraje. ¿La diferencia? Que no es lo mismo ver una imagen fija que ver cómo un rostro va cambiando de expresión en directo (en teoría es más fácil reconocer las expresiones si vemos cómo se pasa de una a otra).
Ese mismo vídeo fue mostrado a personas adultas, pero filtrando las imágenes para que lo vieran como nos ve un bebé. Primero el original, que es como vemos los adultos, luego a 30 cm (a los 30 cm del bebé), a 60 cm y a 120 cm. Para que os hagáis una idea de lo que los adultos vieron y para que sepáis cómo nos ven los bebés, mirad la imagen siguiente:
Pues bien, los adultos que vieron los vídeos acertaron de media 3 de las 4 expresiones en el vídeo de 30 cm (imagino que no se veía tan bien como en la foto). Al ver los siguientes vídeos la tasa de fallos fue mayor y en el de 120 cm acertaron igual que si la elección era al azar.
Esto les dio la respuesta que buscaban. Los recién nacidos son capaces de apreciar la variación de emociones, los gestos de las personas, a 30 cm de distancia (y por eso muchos pueden incluso copiar nuestras muecas, sacando la lengua si la sacamos nosotros, por ejemplo). Más allá de esos 30 cm no son capaces de hacerlo.
Ahora bien, queda una gran duda, que es la que tiene uno de los autores del estudio:
Es importante recordar que sólo hemos investigado lo que el recién nacido puede realmente ver, no si son capaces de darle sentido.
Sabemos que pueden ver las emociones si nos ponemos lo suficientemente cerca, pero no se sabe si las pueden interpretar. ¿Qué pensáis? Yo estoy seguro que sí, que prefieren una cara sonriente a una muy seria.
Vía | Daily Mail
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