Se suele decir a menudo que lo ideal para los bebés y sus padres es que nacieran a los 12 meses de gestación, para que llegaran algo más maduros y, en consecuencia, con más capacidad de adaptación a nuestro medio y menos problemas de cólicos, sin la disquecia del lactante (cuando se ponen muy rojos y se arquean para hacer caca) y, en general, con menos dolores de barriga.
Y es que en muchas ocasiones lloran incluso cuando los tenemos en brazos (porque si llora y se calma al cogerlo, está claro que no son cólicos ni gases), y se suele achacar a que podrían tener dolor a causa de las digestiones y los gases, que echan mediante eructos y pedetes.
Si es vuestro caso, si vuestro bebé tiene gases y está molesto, ¿qué podemos hacer?
¿Qué son los gases?
Pero no puede ser. No pueden nacer con 12 meses de gestación porque no podrían nacer: no cabrían por el canal del parto. Así que nacen, aun a término, prematuros si los comparamos con otras especies de mamíferos, cuyas crías llegan mucho más preparadas.
Así que tienen molestias como gases, que como imaginaréis no son otra cosa que aire que está en el sistema digestivo del bebé y le provoca molestias, quizás dolor, y que le hace llorar hasta que consigue eliminarlo de algún modo.
Gases en el estómago
Son los que menos suelen molestar y los que se expulsan de manera más fácil, a través de los eructos. El aire llega al estómago al ser tragado por el bebé, algo que sucede a menudo cuando lloran, con la succión del chupete o incluso cuando están comiendo, si con el biberón se le "cuela" aire o si es amamantado y la posición no es del todo correcta.
Para prevenirlo, hay que:
- Intentar que el bebé esté, durante el día, lo más tranquilo que se pueda: en brazos, porteándolo, etc.
- Calmarlo cuando llore.
- Revisar la postura al succionar del pecho si se oye que está entrando aire (suelen oírse chasquiditos cada vez que hace el movimiento de succión).
- Ofrecer el biberón con el bebé incorporado, buscando que en la tetina siempre haya leche y que no pueda tragar aire, y parando durante la toma para ver si quiere echar un eructo antes de seguir comiendo.
- Además, debemos asegurarnos, si toma leche artificial, de que la preparación se hace de manera correcta para que la densidad de la leche no le dificulte el tragarla, ni provoque además otros efectos indeseables en el bebé.
Para ayudarles podemos:
- Mantenerlos erguidos en nuestros brazos durante unos minutos después de la toma, mientras los mecemos un poco (se pueden dar unos golpecitos en la espalda, pero siempre con cariño y suavidad).
- Hacer esto mismo en medio de las tomas, si viéramos que tienden a tragar mucho aire, además de solucionar los motivos por los que llegan a tragar ese aire.
Gases intestinales
Estos son los que molestan más, porque llegan a provocar distensión abdominal y dolor (como cuando nosotros tenemos gases que no aliviamos hasta que no los dejamos salir en forma de ventosidades), y no tienen nada que ver con si tragan más o menos aire.
En este caso, los gases en el intestino provienen de la fermentación de los hidratos de carbono que se han consumido y de la flora intestinal que tenga el bebé.
Para prevenirlos hay que:
- Revisar la postura y la técnica de amamantamiento: los bebés que no extraen bien la leche tienden a comer poco en cada tetada, y a menudo incluso son cambiados de pecho antes de llegar a la parte más grasa de la leche materna. Esto hace que consuman mucha leche "del principio", más rica en lactosa, que puede provocar más flatulencias.
- Probar con una leche más "digestiva": si toma leche artificial, los fabricantes ofrecen fórmulas anticólicos, u otras versiones con nombres como digestive o comfort, que son fórmulas modificadas para ser digeridas más fácilmente por parte del bebé.
Para ayudarles podemos:
- Hacer masajes en su abdomen en el sentido de las agujas del reloj, siempre de manera suave.
- Flexionar sus piernecitas hacia el abdomen, generando un poco de presión al llegar arriba.
- Acunarlo en la posición anticólicos (sobre nuestro brazo, de manera que la mano quede sobre su barriga ejerciendo una ligera presión o sostén).
- Usar cinturones de calor: hay en el mercado una especie de fajas anticólicos para bebés que se calientan antes de ponerlas, que podrían ayudar a calmar un poco las molestias.
- Portearlo: es la suma de todos los consejos anteriores en uno, porque portear es una manera de poner su barriga contra nuestro cuerpo y darle calor, de darles un masaje con la fricción al caminar y de, como los llevamos en posición de ranita, facilitar que puedan soltar pedetes e incluso hacer caca. En el caso de los bebés, se suele recomendar fular antes que mochila, por ser más adaptable.
Mucho ánimo si estáis en este momento, y paciencia: dentro de pocas semanas todo esto pasará y tu bebé estará mucho mejor.
En cualquier caso, si tu bebé está muy irritable, es mejor que lo vea un pediatra. A menudo detrás de ese llanto hay algo más: una alergia, reflujo, una posible infección de orina, etc.
Fotos | iStock
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