Amber Cumberland de Aston, Oxfordshire (Reino Unido), tiene 21 años y termina de convertirse en madre por primera vez. Una feliz noticia más si no fuera porque la joven engordó 30 kilos durante su embarazo y llegó a tener una tripa tan grande, que los médicos pensaban que crecían dos bebés en lugar de uno y que el que se veía en la ecografía tapaba la presencia del otro.
Pero se equivocaban. Solo nació una preciosa bebé, Emilia, de 5,8 kilos de peso, que enamoró a sus padres nada más nacer con sus "preciosas mejillas regordetas".
El parto se retrasó dos semanas
Amber engordó treinta kilos durante la gestación, llegando a lucir una tripa muy, muy grande, como se puede ver en las imágenes que la joven compartió en su cuenta de Instagram. De hecho, la bebé empezó a crecer mucho en el tercer trimestre, alcanzando el tamaño medio de un bebé de 36 semanas en la ecografía de la semana 32.
Su tripa era tan grande que, según explica Amber al Daily Mail, "me salieron muchas estrías y mi piel estaba tan debilitada por el estiramiento que sangraban si me levantaba demasiado rápido".
A partir de ahí, el parto se retrasó más de dos semanas, tiempo para que la pequeña continuara creciendo. Tras más de veinte horas, la dulce espera derivó en una cesárea de emergencia, porque la enorme barriga de Amber provocó muchas complicaciones dolorosas que hicieron que no pudiera esperar a que le indujeran el parto.
"Los músculos de mi vientre se dividieron por completo hasta el punto de que los médicos apenas pudieron distinguirlos durante la cesárea y comentaron que eran los peores que habían visto nunca".
La joven mamá señala que llegó a tener una dilatación de parto de ocho centímetros y no podía avanzar más: "si seguía bajando, no podrían volver a subirla y se habría quedado atascada".
Mientras, el padre de Emilia, Scott Joy, de 22 años, pasó 42 horas en el aparcamiento del hospital John Radcliffe de Oxford durante los tres días que precedieron al nacimiento, sin poder reunirse con Amber hasta que estuvo de parto activo debido a las restricciones de Covid.
Según cuenta la mamá, cuando la pequeña nació su padre "tenía la cara blanca y todos los cirujanos se miraban entre sí, sorprendidos, y se reían. Me la trajeron y me dijeron: 'Enhorabuena, has tenido una niña'."
Complicaciones para la mamá
Por fortuna, poco más de una semana después de dar a luz, Amber comienza a recuperarse, pero cree que tardará un tiempo en hacerlo del todo debido a los daños causados a su cuerpo por el difícil embarazo y el parto.
Tal y como señala esta madre primeriza, "por los daños que tiene en los músculos de la barriga, los puntos de sutura no tienen sujección y debo tener mucho cuidado".
"No puedo coger a Emilia en brazos ni darle el pecho porque pesa mucho y mis órganos no tienen sujeción, pero poco a poco voy mejorando".
Actualmente está en lista de espera para recibir fisioterapia que le ayude a recuperarse, ya que "todavía tengo un trozo de piel completamente entumecido alrededor del ombligo".
En cuanto a las anécdotas por el gran tamaño de Emilia, se quedaron solo en eso, anécdotas: como que no le servía ninguna de las prendas que sus padres habían llevado al hospital ni tampoco los pañales de recién nacidos. Tuvieron que traer ropa de casa y pañales más grandes de pediatría. Pero sus papás están felices porque su bebé está bien:
Aunque el tamaño de Emilia llama la atención, no es el bebé más grande del que se tiene noticia. En Reino Unido el récord lo ostenta otra bebé nacida en 2012 con 6,3 kilos, igual que otro bebé ruso de 2018. También en España tenemos nuestro recién nacido de seis kilos.
Aún así, el tamaño de estos bebés sigue sorprendiendo, al igual que la tripa de sus mamás.
Vía | Daily Mail
Fotos | Instagram Amber Cumberland
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