La llegada de los hijos es un momento revolucionario para la vida de cualquier pareja, que la llena de emociones nuevas y de grandes desafíos. Y si bien es cierto que puede ser un evento de mucha felicidad para la pareja, la vida cambia (de forma bastante radical), y ya no se dispone del mismo tiempo (y muchas veces, tampoco ganas) para dedicarnos al otro como hacíamos antes.
Esto significa un verdadero reto para las parejas, pues se trata de aprender a ajustar la relación a la nueva vida que nos da la maternidad/paternidad, y esto implica adquirir nuevas formas y hábitos que nos permitan cuidar el amor en pareja. En este momento, es fundamental recordaros a vosotros mismos que sóis papás, pero que seguís siendo pareja.
Ha llegado un hijo a nuestra vida... ¿Cómo seguir cuidando el amor en pareja?
¿Cómo seguir cuidando el amor en pareja cuando tenemos hijos? Te animamos a seguir estas recomendaciones y a crear hábitos que ayudarán a que el amor se mantenga vivo y pueda seguir fortaleciéndose tras la llegada de los hijos:
1. Compartir tiempo y complicidad
Sabemos que los niños demandan muchísimo tiempo para su cuidado y crianza, especialmente en la primera infancia. Y esto también se verá influenciado por el hecho de disponer o no de ayuda.
Y es que, a nivel logístico, encontrar estos pequeños momentos no siempre es fácil, y para esto nos podemos apoyar en nuestras familias y amigos, para que cuiden un momento a los niños. Aunque también sabemos que a nivel emocional (y hormonal), lo que nos pide el cuerpo es estar con nuestras criaturas.
Pero es importante buscar pequeños momentos para pasar con nuestra pareja; y no nos referimos a algo que implique necesariamente contacto íntimo (o muchísimo tiempo; pueden ser minutos). Puede ser el hecho de compartir un abrazo, caricias, una sonrisa... o simplemente hablar un poco de vosotros. Se trata de seguir alimentando esa complicidad que teníais en el día a día.
Este debe ser un tiempo especial entre vosotros, en el que dejéis a un lado los asuntos relacionados con los niños (hay tiempo para todo) y os enfoquéis en disfrutar de vuestro tiempo juntos.
2. Sóis un equipo
Ten presente que el trabajo es en equipo, y que lo mejor que podéis hacer es repartirlo entre ambos. La responsabilidad de cuidar a los hijos y la casa no debe recaer en una sola persona.
Por ello debéis trabajar como un equipo, cuidándoos mútuamente y detectando cuándo el otro os necesita más que nunca, para estar a su lado. Cuidar estas necesidades de la pareja os ayudará a mantener fuerte este vínculo afectivo. Y recuerda, donde no llegue uno, llegará el otro.
3. La comunicación es clave
La comunicación en pareja es clave siempre, pero quizás aún más tras la llegada de los hijos, momento en el que se deben decidir y consensuar tantas cosas, tomar tantas decisiones... Pero también es importante que sigáis hablando de vosotros como pareja.
Por ello os animamos a conversar de todo esto, tanto de las cosas positivas como de aquellas que os generan molestias o incomodidades. Y no desde un tono de reclamo o reproche, sino desde el más profundo amor entre ambos.
Puede parecer algo obvio, pero muchas veces entre el ajetreo de ser padres dejamos a un lado el conversar con nuestra pareja acerca de las cosas que nos molestan, nos gustan o, simplemente, queremos compartir con el otro. Y recuerda que para comunicarse bien, lo primero es saber escuchar.
4. Mirarse a los ojos, recordar lo que os gusta del otro
Es importante seguir mirando a vuestra pareja con amor y recordar por qué os enamorásteis de ella, qué os sigue gustando de ella aún los cambios acontecidos en vuestra vida. No normalizar ese amor, valorarlo cada día.
A veces con unos minutos al día basta; podéis dedicarlos a miraros a los ojos, a recordar algo que os gusta del otro, a agradecer, a compartir una risa juntos... Estos pequeños momentos son claves, y nos permiten seguir viendo a nuestra pareja no solo como padre o madre, sino como pareja.
5. La intimidad es un proceso
Recuperar la libido después de un postparto puede ser un asunto complicado; entre las hormonas, los cambios corporales y toda el alma puesta en los niños, es normal que esa libido no aparezca. No debemos preocuparnos en exceso. ¡Es normal!
Así, es importante entender que el aspecto sexual puede verse mermado un tiempo, y que recuperarlo implica un proceso de erotización paulatina para recuperar las ganas de intimar. Pero recuerda esto, que el sexo (o mejor dicho, el coito) no lo es todo, y que hay muchas formas de hacer el amor, empezando por recuperar esa intimidad y ese contacto con el otro.
Debemos ampliar nuestra visión del sexo y la libido, y tener en cuenta que la libido no solo es energía sexual; es una energía que engloba otras facetas y sensaciones físicas, y que nos impulsa a actuar, a ilusionarnos por las cosas, a tener ganas de hacer y deshacer...
Podemos cuidar y alimentar esta libido en pareja escuchando nuestro cuerpo, haciendo deporte juntos, o incluso, recurriendo a terapias corporales, a un masaje en pareja... O a una buena sesión de spa los dos juntos, ¿por qué no?
6. Ser detallista
El amor no aparece por arte de magia (y tampoco vive del aire); el amor se cultiva y se cuida todos los días, como si de una bonita flor se tratara. Se alimenta, se nutre, se expande. Por eso es importante que tengas detalles con tu pareja.
No necesariamente deben ser regalos o "grandes cosas"; puede ser una palabra, un elogio, una mirada cómplice... Aunque con la llegada de un hijo la rutina os absorba y no os dé tiempo ni a pensar, procura no normalizar el hecho de que tu pareja esté a tu lado. Sé capaz de apreciar este regalo cada día, que es tenerla contigo, en tu vida.
Fijarse en los detalles y tenerlos con la otra persona tras la llegada de un hijo puede alimentar esa flama de amor que os une y que vive de estos pequeños grandes detalles.
7. Descansar
Finalmente, no olvidéis intentar descansar. Sabemos que esto puede parecer imposible, sobre todo los primeros meses, y quizás sintáis ya el llamado "burnout parental" o agotamiento parental. Pero el descanso es necesario para vuestro bienestar general.
Procurad tener un tiempo para recuperaros y dormir y veréis cómo vuestro estado de ánimo, vuestro humor y vuestra relación mejora significativamente. Delegad ciertas tareas si podéis y buscar un ratito al día para meditar o descansar, aunque sean diez minutos tumbados en la cama juntos.
Fotos | Portada (Freepik)