Aunque es realidad es una práctica milenaria, en los últimos años ha adquirido popularidad nuevamente la placentofagia, que es el acto de ingerir la placenta después del parto. Existen diversas maneras de consumirla: en batidos, en cápsulas a manera de vitaminas después del parto o incluso cruda, y todas ellas son realizadas debido a los beneficios que se cree tiene para la madre.
Sin embargo, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) tuvo que emitir una alerta acerca del consumo de placenta, después de un bebé fuera infectado por una bacteria que se encontraba en las cápsulas de placenta que consumía su madre.
Ingerir la placenta después del parto no es nada nuevo, sin embargo en los últimos años ha adquirido popularidad debido a las celebridades que han declarado consumirla después de que nacieron sus hijos. Esto es debido a que algunas fuentes de información afirman que la placenta tiene muchos beneficios para la madre después del parto, pues es rica en hierro y vitamina K, entre otras cosas.
Sin embargo, el CDC publicó recientemente en su sitio web una alerta en la que comenta que consumir la placenta no solo podría no tener ningún beneficio para la madre, sino que hasta podría ser peligroso para el bebé. Esto derivado de un caso que presenciaron a finales del año pasado, cuando un bebé tuvo una infección muy fuerte y que finalmente se encontró que fue provocada por una bacteria que se encontraba en la placenta de su madre, quien la consumía en cápsulas después de que naciera su hijo.
Al principio los doctores no lograban encontrar el motivo de la infección que tenía el bebé, pero después de saber que la madre tomaba su placenta encapsulada, realizaron unos análisis y ahí encontraron que la bacteria estaba dentro de las cápsulas. Afortunadamente después de diversos estudios y tratamiento con antibióticos el bebé se encuentra sano.
Ahora bien, el CDC piensa que el error fue de la compañía que contrató la madre para hacer el trabajo de encapsulado de placenta, quienes probablemente no realizaron el proceso adecuadamente al no calentar la placenta el tiempo suficiente para eliminar las bacterias antes de encapsularla y devolverla a la madre.
Derivado de este incidente, es que se emitió la alerta, en la que se mencionan que existe muy poca evidencia científica acerca de los supuestos beneficios de la placenta y que no recomiendan que ésta sea ingerida debido a que los procesos para su consumo no cuentan con un estándar definido ni se encuentran regulados.
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Vía | IFL Science
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