Hace unos días nos despertamos con la noticia de una madre que había abandonado a su bebé en un contenedor, por suerte para todos, fue encontrado a tiempo y el bebé está ahora sano y salvo.
No sabemos realmente qué fue lo que llevó a una madre a abandonar a su bebé en esas circunstancias al poco de nacer, según su testimonio, "se agobió" y no pensó lo que hacía. Una de las posibles causas que se baraja como detonante es una depresión postparto.
No es nuestra misión judgar ahora a la madre y mucho menos con la poca información que ha trascendido, pero si nos interesa saber un poco más sobre esa enfermedad que es la depresión postparto, conocer sus síntomas y cuan grave puede llegar a ser. Por ello hemos entrevistado a Belén Pardo, madre, psicóloga y estudiosa de los procesos emocionales y psicológicos relacionados con la maternidad. Además autora del blog sobre la misma temática Mamá sin complejos.
¿Cómo podemos detectar una depresión postparto?
Podemos decir que los trastornos depresivos suponen un gran problema de salud en la sociedad de hoy en día. Éstos son más frecuentes en mujeres, existiendo un mayor riesgo durante el embarazo y el postparto.
Los síntomas que rodean a un cuadro depresivo pasan por: estado de ánimo bajo, falta de energía e iniciativa, dificultad para tomar decisiones, inapetencia, insomnio, ansiedad sentimientos de culpa, irritabilidad, pensamientos de muerte. Y estos mismos síntomas pueden darse durante el postparto. Claro está que al tratarse de una depresión postparto a estos síntomas se pueden añadir la incapacidad de cuidar de sí misma o del bebé, sentir temor a estar a solas con el recién nacido, tener sentimientos negativos hacia su propio hijo.
Si durante el embarazo se han dado ya algunos síntomas, el riesgo de una depresión postparto es mucho mayor. Pero no siempre sucede, en otras ocasiones el gran tsunami sobreviene después de dar a luz.
¿Es frecuente un este tipo de depresión o son casos aislados?
El postparto no justifica los síntomas descritos anteriormente. Un alto porcentaje de mujeres pueden sentir tristeza o melancolía fruto de los cambios fisiológicos y hormonales propios del puerperio (para lo que es necesario igualmente un apoyo continuo), pero sólo entre un 10 y un 15% de estos casos acaba en una depresión postparto.
¿Existe un perfil propenso?
Hay una serie de marcadores que pueden acrecentar las posibilidades de padecer este trastorno:
¿Es importante lo que rodea a la mujer: entorno familiar, económico o puede suceder en casos que dirían imposibles por la buena situación familiar?
Es lo más importante. La maternidad no es un proceso doloroso, no es ‘normal’ que una mujer esté triste nada más convertirse en madre. Pero la realidad es que las cifras en torno a este padecimiento están aumentando en los últimos tiempos y además ahora las mujeres están empezando a contarlo. Entonces, ¿qué está pasando?
Muchas mujeres pasan por experiencias realmente terribles a la hora de tener a sus hijos
Las mujeres se enfrentan a un entorno social, laboral, familiar y económico altamente exigente. Suele suceder que han esperado mucho para encontrar el momento propicio para ser madres. Después llega el momento de cómo afrontar el embarazo, a los cambios fisiológicos propios de esta etapa se suman los cambios laborales y sociales inevitables. Y por supuesto la presión (en ocasiones) familiar donde por ser primeriza pasa a ser considerada una niña y se la trata con desdén.
Tampoco hay que quitar importancia al momento del parto y al inicio de la lactancia. Dos situaciones enormemente relevantes para el inicio del puerperio de la mujer.
¿Cuántas veces hemos oído decir aquello de ‘hablar del parto es sanador’?
Esto sucede porque muchas mujeres pasan por experiencias realmente terribles a la hora de tener a sus hijos. Evidentemente eso las marca.
Con el inicio de la lactancia sucede lo mismo. Si no ha recibido apoyo y han surgido dificultades, los marcadores se disparan. Los sentimientos de culpa, la tristeza y los sentimientos negativos son normales si la lactancia no llega a buen puerto.
Las mujeres, obviamente, se balancean entre dos opciones absolutamente contrarias: la maternidad y…. ¡todo lo demás! Y ese ‘todo lo demás’ no facilita el poder tener hijos.
Por todo lo dicho una mujer con un entorno familiar y social amable, pro maternidad, que reciba el apoyo deseado en este especial momento de su vida tendrá menos posibilidades de sufrir una depresión postparto. Obviamente sin tener en cuenta antecedentes de enfermedades psiquiátricas u otros que van más allá de la influencia social o familiar.
¿Casos leves y casos graves? (Qué podemos considerar, en caso de que se pueda, como caso leve y grave)
Debemos diferenciar entre melancolía o tristeza y depresión. Lo primero puede suceder como consecuencia de los cambios hormonales o incluso por la falta de apoyo. Pero suele ceder en los primeros días. La depresión por el contrario continúa en el tiempo, los síntomas se acrecentan y se vuelven imparables.
¿Qué hacer en esos casos? ¿A dónde se puede acudir?
Lo primero que se puede hacer es prevenir. La mujer debe conocer más de cerca la maternidad, muchas de ellas se enfrentan a este mundo en el mismo momento que ven el positivo del test. Hay que romper mitos, perder miedos y normalizar lo que desde que el mundo es mundo venimos haciendo, que no es otra cosa que parir y criar. Y sobre todo acabar con la creencia de que tener hijos no te permitirá hacer otras cosas en la vida. Algo absolutamente falso de lo que deberemos convencerlas.
Debemos acabar con la creencia de que tener hijos no te permitirá hacer otras cosas en la vida.
Pero si ya ha pasado, ¿qué hacemos? Ponernos en manos de un profesional lo antes posible. Acudir a un psicólogo o un psiquiatra que pueda valorar la situación presente y establecer un tratamiento. Generalmente la farmacoterapia se acompañará de psicoterapia. Debemos vencer los tabúes sociales y dejar que, ante un problema, nos trate el profesional adecuado con los recursos que se sabe funcionan.
Si dudas dónde acudir, consulta con tu matrona o tu médico de cabecera para que puedan orientarte.
Y, por cierto, el tratamiento farmacológico no implica acabar con la lactancia materna. Muchos de estos fármacos son compatibles y pueden ser tomados por la madre. Consultar aquí si tenéis dudas.
¿Crees que el personal sanitario que atiende a una madre después del parto está preparado para detectar un problema así?
La depresión postparto se puede presentar o bien durante los tres primeros meses de puerperio o incluso hasta un año después. Quizá el personal sanitario que atienda el parto no sea capaz de detectar esos primeros síntomas, sino hay marcadores previos o antecedentes.
Pero no debemos olvidar que la recién estrenada mamá después pasará por las consultas de diferentes especialistas que desde luego podrían notar un comportamiento anómalo, aunque sólo sea comparando con el de las cientos o miles de madres que ven en su práctica profesional diaria: matrona, ginecólogo, pediatra, enfermero….
No obstante, no se trataría sólo de que ese personal sanitario estuviera preparado para una detección precoz, sino de que estuvieran preparados para prestar una atención completa y respetuosa a la mujer. A veces esto no ocurre y eso propicia el caldo de cultivo perfecto para la aparición de los primeros síntomas. Apoyo continuado, ayuda ante la presencia de dificultades con la lactancia, partos respetados. Todo ello minimizaría los síntomas de melancolía, sentimientos de culpa, tristeza y ansiedad que muchas mujeres pueden presentar tras dar a luz.
¿Cómo puede darse cuenta tu pareja?
La mujer está sometida a una presión muy importante donde se la anima a ‘poder con todo’, debe ser fuerte y no quejarse.
Tu pareja será quien antes pueda detectarlo. Te conoce perfectamente y un cambio tan radical es fácilmente identificable. Pero es importante que las parejas vivan el embarazo plenamente, participen de todo el proceso transformador que la mujer está viviendo. Y ellos también espanten esos falsos mitos. Si se hace así sabrá que esos síntomas no son ‘normales’, que la maternidad no entristece, que las hormonas puede que nos alteren pero no de una manera patológica.
¿Es igual que otras enfermedades mentales?
Sí, efectivamente es un trastorno mental que se trata con psicoterapia y farmacoterapia al igual que otras patologías. Por lo que hay que darle la importancia y consideración que merece.
¿Puede llevar a acabar con tu bebé?
Uno de los síntomas que pueden aparecer, como hemos comentado anteriormente, son los sentimientos negativos o de rechazo hacia el bebé, ideas de muerte, de hacerle algo malo. Lo habitual es que se quede en eso, en ideas. Aunque efectivamente en casos aislados puede ocurrir lo peor, sí.
¿Cómo no reaccionan las madres y piden ayuda?
Por dos motivos, por un lado tenemos el tabú de no contar/tratar las enfermedades o trastornos mentales. Ir al psicólogo o al psiquiatra sigue estando mal visto. Y por otro, por lo comentado anteriormente, la mujer está sometida a una presión muy importante donde se la anima a ‘poder con todo’, debe ser fuerte y no quejarse. Todo ello hace que no pidan ayuda en el momento oportuno.
¿Por qué no dan el bebé a otro antes de llegar a eso?
Los casos más extremos son delicados de analizar, habría que conocer exactamente las circunstancias familiares, sociales y económicas de esas mujeres para determinar causas. Me parece arriesgado aventurar una respuesta a la ligera.
¿Está la enfermedad mental/depresión post parto infravalorada?
Lo que quizá esté infravalorado sea la maternidad.
Desde luego que sí. Ante la presencia de síntomas, la mujer ha de ser evaluada por un profesional. No siempre los primeros signos desembocan en un cuadro depresivo. En muchas ocasiones resolver algunos problemas, conflictos internos y dar el apoyo adecuado consigue mejorar la situación.
Lo que quizá esté infravalorado sea la maternidad. Apoyo, comprensión, entornos amables y respetados, conseguirán minimizar el impacto de esta dolorosa enfermedad.
Y por supuesto acostumbrémonos a usar la palabra prevención asociada a depresión. Algunas investigaciones nos indican que el ejercicio físico regular, la exposición a la luz solar, el compartir con otras mujeres lo vivido en este precioso momento de sus vidas y el consumo de Omega3 ayudan en la prevención de la depresión postparto.
Muchas gracias a Belén por habernos cedido su tiempo para aclarar nuestras dudas sobre esta enfermedad, ha siso todo un placer.
Foto | portada cedida por Belén Pardo, ThinStock
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