Estar insatisfecha con tu cuerpo durante el embarazo y después del parto aumenta las probabilidades de sufrir depresión postparto, afirma la ciencia
La autoestima y la percepción que tenemos de nosotras mismas juegan un papel fundamental en la forma en la que nos enfrentamos a todas las facetas y situaciones que vivimos. Una que es especialmente sensible e importante por todo lo que supone en nuestra vida es la maternidad: traer una persona al mundo trae tantos cambios a nivel físico y mental, que puede considerarse uno de los mayores retos a los que nos podemos enfrentar.
Durante el embarazo, las mujeres experimentamos cambios tanto físicos (aumento de peso, cambios en la pigmentación de la piel, hiperflexibilidad de las articulaciones, cambios en los sistemas cardiovascular, digestivo y respiratorio) como psicológicos (riesgo de baja autoestima, desmotivación, ansiedad, estrés), que pueden convertirse en detonantes de un deterioro de nuestra imagen personal.
Un estudio realizado por un grupo interdisciplinar compuesto por enfermeras, matrones y obstetras del Hospital Punta de Europa de Algeciras, ha encontrado una relación directa entre la insatisfacción que podemos tener con nuestro cuerpo durante el embarazo y el postparto, y las posibilidades de sufrir depresión postparto, incluso hasta 6 meses después de dar a luz al bebé.
La muestra incluyó 450 mujeres de dos hospitales de Andalucía con una edad media de 32 años, quienes respondieron un cuestionario que evaluaba la insatisfacción corporal, el miedo a engordar, los sentimientos de baja autoestima por la apariencia física, el deseo de perder peso y la evitación de situaciones en las que la apariencia física pueda llamar la atención de los demás, antes y después del parto. Adicionalmente se tuvieron en cuenta variables cualitativas como nivel de estudios, empleo o antecedentes de salud mental.
Autoimagen, ocupación y nivel de estudios: tres variables que parecen estar relacionados con la depresión postparto
Los investigadores encontraron que las mujeres que seguían una dieta para bajar de peso por encontrarse insatisfechas con su imagen corporal, y las que no realizaban ninguna actividad física tenían más depresión postparto. La percepción que tenemos de nosotras mismas se acentúa (para bien o para mal), durante el embarazo y el postparto, especialmente por el aumento de peso y las huellas que este deja en nuestro cuerpo.
Los datos también muestran que las mujeres que no amamantaron estaban más insatisfechas con su imagen corporal. Según los profesionales que participaron en el estudio, afirman que esto puede deberse a que la lactancia materna ayuda a restaurar la figura al eliminar el exceso de grasa que se acumuló durante el embarazo, además de ser satisfactoria para la madre por el aumento del vínculo con el recién nacido.
Llama especialmente la atención que el estudio tiene en cuenta una variable emocional de la cual poco se habla: las mujeres que fueron apoyadas por sus parejas presentaron menores niveles de depresión postparto y menor insatisfacción con su imagen corporal. El papel que puede jugar el padre del bebé va mucho más allá del apoyo a nivel logístico, porque puede significar un apoyo fundamental de cara a la salud mental de la madre.
Los resultados también arrojaron diferencias significativas cuando la situación laboral se relacionó con la depresión postparto. Las mujeres que estaban desempleadas o dedicadas al cuidado del hogar tenían niveles más altos de depresión que las mujeres que trabajaban, y las mujeres con menor nivel educativo presentaban unos niveles menores de depresión y menos insatisfacción con su imagen corporal que aquellas con mayor nivel educativo.
Aún hay mucho por hacer en la divulgación y el tratamiento de la depresión postparto
Aunque, según el estudio, la depresión postparto afecta al 11-20 % de las mujeres que han dado a luz y tiene consecuencias bastante negativas tanto para la madre como para el recién nacido, sigue sin tratarse ni diagnosticarse adecuadamente, y la mayoría de las veces se malinterpreta, muchas de ellas minimizan o incluso niegan posibles trastornos depresivos por temor a ser juzgadas por su capacidad para ser madres.
Lo más alarmante es que la depresión postparto se está convirtiendo en un problema de salud pública y se asocia con una mayor mortalidad materna. Por eso es importante que la salud mental de las madres se trate desde el momento mismo en que empiezan los controles prenatales, y que la información esté disponible tanto para madres como para padres, teniendo en cuenta que durante el embarazo y el postparto, las mujeres necesitamos apoyo de nuestro entorno para enfrentarnos al papel más duro e importante de nuestra vida.