El cuerpo de las mujeres pasa por grandes cambios naturales e inevitables a lo largo de su vida. En la adolescencia es la aparición de la menstruación y al llegar a cierta edad de la vida adulta solemos hablar de la menopausia. Pero antes de este gran último y definitivo cambio hormonal, hay uno más.
Hoy te hablaremos de la perimenopausia, una fase de la vida de la mujer de la que poco se habla, pero que es necesario conocer.
¿Qué es la perimenopausia?
La palabra perimenopausia proviene del griego perí, que significa "alrededor", y menopausia, que su vez se compone por mens, que significa "mensualmente", y pausi, que significa "cese", por lo que la perimenopausia es aquello que ocurre alrededor del cese de la menstruación.
En palabras más claras, la perimenopausia es un periodo en el que el cuerpo comienza a hacer la transición hacia la menopausia, y que marca el final de la vida reproductiva de la mujer. Sin embargo, a diferencia de la menopausia, durante la perimenopausia aún es posible quedar embarazada.
¿A qué edad inicia la perimenopausia y cuánto dura?
Al igual que la aparición de la primera menstruación, el inicio de la perimenopausia puede ser diferente para cada mujer y el rango de edad en el que pueden aparecer los primeros síntomas es bastante amplio.
Aunque por lo general puede ocurrir alrededor de los 40 años, los primeros indicios de la perimenopausia pueden aparecer desde mediados de los 30 hasta los 50 años. Su duración también varía mucho de mujer a mujer: el promedio es de cuatro años, pero hay casos en los que solo ha durado unos meses y otros en donde los síntomas de la perimenopausia han durado hasta 10 años.
La perimenopausia termina cuando han pasado 12 meses sin tener la regla, alcanzando así la menopausia. Si esto sucede antes de los 40 años, se le considera menopausia precoz o prematura.
Cuáles son los síntomas de la perimenopausia
Uno de los primeros síntomas que pueden indicarnos que estamos comenzando a experimentar la perimenopausia son las irregularidades en nuestro periodo. Esto se debe a que los niveles de estrógenos comienzan a subir y bajar de forma aleatoria durante la perimenopausia.
Cada ciclo menstrual puede ser más corto o más largo de lo usual e incluso habrá ciclos en los que no se ovulará y los ovarios no liberarán un óvulo como solían hacerlo cada mes. El aumento en el flujo también comienza a cambiar, teniendo periodos con flujo más o menos abundante de lo usual.
Otros signos comunes que nos indicarían que estamos viviendo la perimenopausia temprana son dos síntomas que solemos relacionar con la menopausia: los famosos sofocos o bochornos (esos calores repentinos que comienzan en cabeza y rostro para después extenderse a todo el cuerpo, y que desaparecen tan rápido como llegaron) y la sequedad vaginal.
Es común que durante la perimenopausia se padezcan otras molestias derivadas de estos síntomas, como dificultades para dormir, sudores nocturnos, incontinencia y/o infecciones en vías urinarias, e incomodidad al tener relaciones sexuales.
Al igual que en otras etapas donde las hormonas comienzan a cambiar sus niveles (como en la adolescencia o el embarazo), nuestro estado de ánimo también se ve afectado, haciendo que tengamos repentinos cambios de humor, así como mayor irritabilidad e incluso algunos síntomas de depresión.
¿Debo acudir al médico?
Aunque la perimenopausia es un proceso natural de la mujer, es buena idea consultar con nuestro médico cuando comencemos a mostrar los primeros síntomas, y así asegurarnos que se trata de ella, pues la menstruación también puede verse afectada por otras condiciones, como desequilibrios hormonales, fibromas, endometriosis o problemas de coagulación. Ante las siguientes señales, habremos de acudir al médico:
- Los periodos se vuelven más abundantes y/o vienen acompañados por coágulos de sangre.
- El periodo se extiende más días de lo usual y/o dura más de siete días.
- Se presenta manchado entre periodos o a días después de que ya terminó el periodo.
- Se presenta manchado de sangre después de tener relaciones sexuales.
- El tiempo entre periodos dura menos de 21 días.
Por otro lado, la reducción de niveles de estrógeno puede ocasionar pérdida de densidad ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis y fracturas, así como cambios en los niveles de colesterol, por lo que es importante acudir a revisiones de rutina.
¿Puedo hacer algo para reducir molestias?
A veces los síntomas de la perimenopausia pueden ser muy fuertes, interfiriendo con nuestra rutina y afectando nuestra vida diaria. Para ello, es recomendable consultar al médico para que nos recete algún medicamento que ayude a reducir las molestias.
Por lo regular, el uso de anticonceptivos ayuda a sobrellevar los sofocos y los sudores nocturnos, mientras que para los cambios de humor y síntomas de depresión es necesario tomar algún antidepresivo en dosis bajas (todo esto siempre bajo la prescripción del médico).
Además del tratamiento médico, hay otras cosas que podemos hacer para reducir las molestias de la perimenopausia y que están enfocadas en mejorar nuestro estilo de vida:
- Hacer ejercicio ligero como caminatas, senderismo y usar mancuernas o pesas, que ayudarán a evitar aumentar de peso y fortalecen la densidad ósea.
- Practicar yoga o meditación, que pueden ayudar a reducir los niveles de estrés.
- No fumar o dejar de hacerlo si teníamos el hábito.
- Dormir lo suficiente, intentando irse a la cama y levantarse siempre a la misma hora. Es recomendable realizar alguna actividad relajante antes de dormir.
- Llevar una alimentación equilibrada que incluya frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables, para que nos aporte las vitaminas y minerales necesarios durante esa etapa, como el calcio y la vitamina D.
- Limitar el consumo de alcohol y cafeína.
- Identificar y evitar alimentos y actividades que puedan estar detonando los sofocos o bochornos.
- Enfocarnos en alcanzar un peso saludable y mantenerlo.
Foto de portada | Tim Mossholder en Unsplash