El momento de mi vida en el que más inseguridad he sentido ha sido el postparto. Creo que nadie está preparado para afrontar lo que supone llegar a casa con un bebé recién nacido que precisa de tantos cuidados 24 horas, 7 días a la semana. En ese momento afloran todas las inseguridades que ya traíamos de antes y aparecen otras nuevas.
Por eso es importante normalizar que ante un cambio de vida tan trascendental, sintamos miedo. Convertirte en madre es la experiencia más maravillosa y abrumadora del mundo y no pasa nada por sentirlos: nos estamos enfrentado a criar a otra persona desde el momento en el que nace, y no hay nada que se compare con semejante responsabilidad.
Claramente cada persona es un mundo y no todas tenemos que sentir lo mismo al vivir esta experiencia por primera vez. Sin embargo, cuando pasa el tiempo y hablas con otras madres sobre el postparto, te das cuenta que es algo de lo que no se suele hablar pero que se trata de un sentimiento generalizado.
Miedo a no ser suficiente
Nunca en mi vida me plantée si yo era "insuficiente" para ser madre. Es un adjetivo que no sueles utilizar y menos para calificar a una persona (y menos a ti misma). Tal vez por eso me impactó tanto cuando leí que la actriz Mandy Moore en muchas ocasiones, al no poder resolver alguna situación con su bebé llegó a sentirse inadecuada e insuficiente, especialmente cuando su bebé cumplió tres meses: "me golpeó una ola de sentir que no era suficiente".
En esta situación te cuestionas si lo que eres, lo que sabes (y lo que no), era lo adecuado para tomar la decisión de traer un bebé al mundo. Sin embargo la vida te mostrará que eres mucho más fuerte de lo que pensabas, y que el día a día con tu bebé te enseñará a ser la madre que tu hijo necesitaba.
Miedo a no alimentar bien al bebé
Cuando tienes un bebé, por mucho que leas sobre lactancia materna o artificial, hasta que no te ves en la situación, no vas a saber exactamente cómo funciona. Por eso es importante contar con un buen asesoramiento por parte del pediatra, enfermeras (os) y matronas, desde el momento mismo en el que das a luz. Los grupos de apoyo a la lactancia también pueden suponer una excelente fuente de información para todas aquellas preguntas que van surgiendo.
Miedo a la muerte súbita
Recuerdo como si fuese ayer el incorporarme cada dos por tres para comprobar que mi bebé respiraba (¡y eso que la tenía al lado en la cuna de colecho!). No sé por qué, pero cuando estás a punto de dar a luz de repente te encuentras con miles de historias sobre la muerte súbita que te quitan la tranquilidad de un plumazo.
Sin embargo es importante tener en cuenta que no es lo común y que el riesgo es muy bajo si se tienen en cuenta las medidas adecuadas.
Miedo a hacerle daño al bebé
Detrás de este miedo está nuestra propia naturaleza. La combinación del cambio brutal en nuestra vida, en nuestro estado, la inexperiencia, la revolución de hormonas y la sensación de que en cualquier momento podemos perder el control, hacen que podamos llegar a sentir miedo de hacer daño a propósito a nuestro bebé.
Este miedo se llama fobia de impulsión, y es más común de lo que imaginamos. Generalmente estas ideas aparecen y prevalecen cuando existen altos niveles de estrés y poca red de ayuda a la madre reciente. Por eso es tan importante acompañar a una mujer que acaba de dar a luz.
Generalmente este tipo de pensamientos suelen desaparecer a medida que nos vamos haciendo a la rutina con el bebé. Sin embargo, si se hacen más fuerte y recurrentes, es muy recomendable buscar ayuda a un profesional en salud mental.
Miedo a cometer algún error que tenga consecuencias graves
Miedo a cometer errores los tenemos de vez en cuando. Sin embargo cuando te conviertes en madre, los sientes de forma continua: si no coge peso, si coge mucho, si come poco, si come mucho, si duerme poco, si duerme mucho... y así en bucle infinito.
Lo peor es que ese miedo aumenta cuando piensas que las consecuencias pueden agravarse, o peor aún, que tenga consecuencias irreversibles. Sin embargo con el trascurrir de los días te vas a dar cuenta que no todo es tan trascendental, y que si prima el sentido común, ninguno de los "errores" que cometas van a ser graves, y por el contrario, solo te van a dejar útiles enseñanzas.
Miedo a expresar nuestros temores y sentimientos
Este es uno de los peores: el miedo a hablar. La maternidad ha estado tan idealizada (empezando por los medio de comunicación y ensalzada por las redes sociales), que cuando de repente te ves superada por la situación, con miles de miedos rondando tu cabeza, sintiéndote sola (amén de no sufrir una depresión postparto), te vas a autocalificar de "bicho raro". El tema es que hemos sido muchos bichos raros viviendo la misma situación, solas y calladas. Insisto: tener miedo es normal, sentirte desbordada es normal, y no eres ni una "mala madre" ni eres rara por sentirlo y por decirlo. Cualquiera que haya sido madre lo sabe y te dará la razón.
Miedo a olvidarte de ti misma
Las primeras semanas de un bebé suelen ser muy duras para los padres. Es una época de "ensayo y error" bastante agotadora porque te consume todas las horas del día. Cuando te miras el espejo y no te reconoces, puedes sentir miedo de no volver a ver a la misma persona de antes, o de no volver a llegar a tener tiempo para ti. Y sí, ese tiempo volverá, pero en cuanto a la mujer de antes, seguramente no serás la misma... pero con toda seguridad esa nueva versión de ti misma te va a gustar más.
En Bebés y Más | 11 cosas que las madres recientes no quieren escuchar