En los últimos años, la importancia de la salud mental ha ganado peso y se ha convertido en una prioridad a nivel médico y social. Esta tendencia se ha visto especialmente impulsada por la pandemia ya que, en un contexto internacional, se estima que la crisis sanitaria fue un aliciente que aumentó en un 25% trastornos como la ansiedad y la depresión.
En el ámbito de la maternidad, diversos estudios han reportado incrementos considerables en los casos de depresión materna, tanto durante el embarazo y postparto inmediato, como en el resto de etapas.
Con motivo del Día Mundial de Salud Mental que se celebra hoy, los expertos insisten en la importancia del autocuidado como una de las medidas clave para prevenir problemas de salud mental.
Cuidarse para poder cuidar
Es una realidad: cuando nos convertimos en padres, nuestro mundo comienza a girar alrededor de nuestro hijo, nuestras prioridades cambian y sus primeros años de vida los vivimos por y para él.
Tanto es así que nos olvidamos de nosotros mismos, pero especialmente las madres. Ya sea por falta de corresponsabilidad por parte de nuestra pareja, porque nos exigimos demasiado y creemos que nadie podrá criar y cuidar igual de bien que nosotras, o porque es lo que la sociedad espera, lo cierto es que es difícil romper con la imagen de "madre abnegada y sacrificada".
Desde hace unos años, el término "autocuidado" ha empezado a ganar fuerza, y cada vez son más los expertos que insisten en la importancia de dedicarnos tiempo de calidad como una medida de prevención frente a la parición de problemas de salud mental.
Sin embargo, con frecuencia las madres llegamos al final de nuestra jornada agotadas física y mentalmente, y sin haber podido disfrutar de un tiempo para nosotras mismas.
Y es que, como es lógico, el cansancio podría acabar repercutiendo en nuestro carácter y forma de relacionados con los demás, alterando el clima de convivencia familiar y desconectándonos de nuestros hijos.
¿Cómo practicar el autocuidado consciente?
Liberarnos de la culpa por querer cuidarnos
Para empezar a practicar el autocuidado, lo primero que debemos hacer es liberarnos de ese sentimiento de culpa que todavía nos invade cuando deseamos tener tiempo para nosotras mismas o para disfrutar en pareja.
Y es que no podemos olvidar que además de madres somos otras muchas cosas que no debemos descuidar ni abandonar, pues todas ellas forman parte de nuestra identidad.
Autocuidado consciente
En contra de lo que mucha gente cree, el autocuidado no debería basarse exclusivamente en cuidados físicos superficiales, sino en una conexión total con nuestra esencia y nuestro ser que nos permita relajarnos, evadirnos y nos aporte beneficios a largo plazo.
Cuidarse con atención plena es también autoconocerse, aceptarse, amarse y ser compasiva con una misma. Es buscar nuestra mejor versión haciendo aquello que nos gusta, nos nutra emocionalmente y nos haga sentir bien físicamente.
Y es que si nos cuidamos con el piloto automático encendido, y sin ser plenamente consciente de ese tiempo que nos estamos dedicando, es más que probable que no logremos escapar de la fatiga mental y física que sentimos las madres.
Busca la mejor forma de cuidarte
A la hora de practicar el autocuidado debemos encontrar la mejor forma de hacerlo; aquella que realmente nos aporte beneficios y nos haga sentir bien.
En ese sentido, Eva Soto, psicóloga y profesora de Deusto Salud afirma que "la mejor forma de proteger nuestro bienestar es trabajar en la prevención. La actividad física moderada, los ejercicios de la respiración y de concentración que proponen el yoga o el mindfulness son recursos muy sencillos que cualquiera puede integrar". A grandes rasgos, consiste en trabajar el cuerpo para estimular el cerebro y reducir los niveles de estrés y ansiedad.
Mantener unos hábitos saludables
Los expertos nos recuerdan que existe una correlación directa entre cuestiones como la alimentación o las horas de sueño y la salud mental. Comer de manera saludable, hacer ejercicio físico y dormir correctamente contribuye mejorar nuestro estado físico e impacta positivamente en nuestra salud emocional.
Rodearse de una tribu y pedir ayuda
Los problemas de salud mental en las madres se vieron seriamente agravados durante la pandemia, fundamentalmente debido al distanciamiento social que sufrimos.
Y es que la crianza es más llevadera cuando se cuenta con una tribu en la que apoyarse. Por eso debemos rodearnos de amigas o familiares que entiendan nuestro día a día como madres, compartan nuestras preocupaciones y nos echen una mano cuando lo necesitemos.
Pero a veces el autocuidado podría no ser suficiente para compensar el agotamiento que viven algunas madres, siendo necesario acudir a un profesional de la salud mental.
Por último, recordemos que cuidarnos no es un acto de egoísmo, sino todo lo contrario; es un acto de amor y responsabilidad hacia nosotros y hacia quienes nos rodean. Además, cuidándonos estaremos dando un mensaje muy importante a nuestros hijos y una gran lección de vida: nuestro cuerpo y mente son sagrados, y merecen respeto y cuidado.
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