Siete comportamientos de los niños que gozan de una buena salud mental

Siete comportamientos de los niños que gozan de una buena salud mental
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Se habla mucho de los trastornos mentales en la infancia, pero poco de lo que implica gozar de una buena salud mental. Y aunque se trata de una cuestión muy personal, y para cada uno la salud mental será algo distinto, a grandes rasgos, podemos decir que implica tener un equilibrio emocional y estar tranquilo, en paz, con uno mismo y con los demás.

Pero, ¿cómo saber si nuestros hijos gozan de una buena salud mental? En este artículo vamos a hablar de siete comportamientos habituales en los niños que la tienen.

Siete comportamientos de los niños con buena salud mental

Cabe mencionar que ninguno de estos comportamientos, por sí solos, son suficientes para hablar de buena salud mental. Es más bien un conjunto de los mismos, junto a otros factores (sociales, familiares...), los que posibilitan este estado de bienestar emocional.

1. Muestran empatía y solidaridad

Las habilidades sociales son muy importantes para el desarrollo de una buena salud mental, ya que vincularnos (de forma positiva), es muy sano para la mente y las emociones. Por ello, los niños que gozan de una buena salud mental, tienen dos habilidades destacadas, que les benefician en sus relaciones sociales; la empatía y la solidaridad.

La empatía en los niños se refiere a la capacidad de comprender y compartir los sentimientos y experiencias de los demás. Implica ponerse en el lugar de otra persona, reconocer sus emociones y responder de manera compasiva y solidaria.

Por su parte, la solidaridad se refiere a la disposición y el deseo de ayudar a los demás y mostrar apoyo hacia quienes están en situación de necesidad o dificultad. Es la actitud de estar dispuesto a brindar ayuda, comprensión y apoyo a los demás, sin esperar nada a cambio.

2. Duermen bien

Aunque, por sí sola, no es una señal suficiente, sí es importante; gozar de un sueño tranquilo y reparador también indica salud mental. ¿Por qué? Porque dormir bien implica que las preocupaciones del día a día no están interfiriendo en ese sueño reparador, o que, en caso de existir, se tienen los recursos necesarios para impedir que interfieran.

Y esa falta de preocupaciones (o manejo de las mismas), sería una señal de salud mental. Además, cuando se duerme bien, esto repercute positivamente en el estado de ánimo, en la energía de la que se dispone y en las emociones del día a día, algo también positivo para la salud mental.

3. Muestran un buen autoconcepto y autoestima

La salud mental también tiene relación con el autoconcepto y la autoestima. Por ello, otra señal de buena salud mental es tener un buen autoconcepto y una buena autoestima. ¿Cómo se traduce esto en los niños? Por ejemplo, a través de lo siguiente:

  • Celebran los logros y se sienten orgullosos de ellos (por ejemplo, cuando hacen algo bien dicen "¡qué bien me ha salido!, ¿quieres verlo?").
  • Tienen intereses y gustos más o menos definidos (se conocen a sí mismos).
  • Hacen afirmaciones positivas de sí mismos; "esto me gusta", "esto se me da bien", "soy divertido", "soy simpático"...
  • Conocen sus fortalezas, aquello que se les da bien; por ejemplo, saben que son buenos en la danza, en el dibujo...
  • Confían en sí mismos y en sus capacidades, y se automotivan con frases como; "lo voy a intentar", "puedo hacerlo", "estoy motivado"...

4. Su estado de ánimo es bastante estable

El estado de ánimo es un estado emocional que permanece durante un periodo de tiempo más o menos largo. Se diferencia de las emociones en que el estado de ánimo es menos específico, menos intenso y más duradero. Además, las emociones se activan por estímulos o sucesos específicos, y los estados de ánimo también pero en menor medida.

Un estado de ánimo más o menos estable es indicador de salud mental. Así, son niños que si están tranquilos, animados y con energía lo están durante un largo periodo de tiempo (no están así y al cabo de unos minutos se sienten apáticos y decaídos, por ejemplo).

5. No tienen emociones extremas o excesivamente intensas

Otra señal de salud mental es cierta estabilidad en las emociones. De esta forma, podemos decir que son niños que tampoco manifiestan emociones extremas o excesivamente intensas, como podría ser la euforia (alegría muy intensa), o la tristeza profunda, la indiferencia absoluta... Tampoco son emociones excesivamente cambiantes (por ejemplo, estar bien y de repente, estar muy mal).

Así, aunque las emociones vayan cambiando a lo largo del día, en función de los estímulos, y es normal, no lo hacen de forma abrupta, es decir, son relativamente estables. Esto no quiere decir que en un momento dado, no puedan mostrar emociones más intensas.

6. Tienen un pensamiento realista pero optimista

Un equilibrio mental se relaciona también con un equilibrio emocional, porque los pensamientos tienen un impacto directo en nuestras emociones. Por ello, hablamos de niños que piensan de forma realista, pero a la vez, optimista.

Esto quiere decir que, ante las dificultades o los problemas, no se van a los extremos, sino que tienen un pensamiento lógico, reflexivo y realista, y a su vez, son capaces de ver las cosas de forma optimista.

Eso les ayuda a relativizar las cosas y a gozar de ese equilibrio del que hablábamos. Por ejemplo, si les llaman la atención por algo que no han hecho bien, son capaces de reconocerlo y saben que lo pueden hacer mejor la próxima vez.

7. Aprecian las cosas

La gratitud también está relacionada con la salud mental, porque al serlo, somos capaces de apreciar las cosas buenas que tenemos, algo que nos conecta con un estado positivo, y con emociones agradables como la alegría, el sentido de pertenencia... Los niños agradecidos se fijan en las cosas buenas, no se centran solo en lo malo, y además, son capaces de dar las gracias por ello.

Además, el hecho de que sean agradecidos (por ejemplo, dar las gracias), favorece un clima social y familiar agradable (a la hora de relacionarse con otros niños, o con sus hermanos, etc.).

En cambio, dar todo por sentado, no valorar las cosas, les aleja de estas emociones agradables que experimentamos cuando somos agradecidos, de esta paz interior, y por lo tanto, de una buena salud mental. Esto no significa que todos los niños que son agradecidos gocen de una buena salud mental, pero sí es un ingrediente que la facilita.

Foto | Portada (Freepik)


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