Las adenoides o vegetaciones adenoideas son una formación de tejido linfático que se ubica en la zona de transición entre la nariz y la garganta, y son el primer mecanismo de defensa del organismo ante la entrada de gérmenes por las vías respiratorias.
Las infecciones reiteradas, las alergias y demás factores irritantes pueden provocar su inflamación, haciendo que se agranden más de lo normal. Si esta inflamación está acompañada de síntomas que afectan a la calidad de vida del niño, el pediatra podría recomendar su extirpación.
Te lo explicamos con detalle en este artículo.
Durante los primeros años de vida, las adenoides tienen una gran actividad
Como parte importante del sistema inmunológico, las adenoides tienen una gran actividad en los primeros años de vida, pues al igual que las amígdalas se encargan de atrapar los virus y bacterias que inhalamos o tragamos.
Por eso, a partir de los seis años, aproximadamente, las adenoides comienzan a encoger hasta desaparecer casi por completo en la adolescencia. Pero cuando debido a las infecciones recurrentes o alergias, las adenoides se hipertrofian (se inflaman de forma crónica) o infectan, pueden provocar una serie de síntomas que afecten a la calidad de vida del niño.
Síntomas de adenoiditis crónica o vegetaciones
En los niños que presentan adenoides hipertrofiadas o vegetaciones es frecuente una respiración bucal y ruidosa, así como voz nasal, mucosidad persistente y sensación de oído taponado. Estos síntomas son más palpables durante la noche, pues los músculos de la parte superior de la garganta se relajan, los tejidos se cierran y se produce el bloqueo de la vía respiratoria, ocasionando pautas en la respiración conocidas como apneas.
El Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS) en los niños se asocia con frecuencia a los ronquidos, pero según los expertos tiene consecuencias mucho más graves, como la alteración del desarrollo maxilofacial, pesadillas o trastornos del sueño, y cansancio diurno que puede provocarles déficit de atención, bajo rendimiento escolar, problemas de conducta y un deterioro en el rendimiento intelectual.
Cuándo consultar con el especialista
Si percibimos en nuestro hijo alguno de los síntomas arriba descritos es importante consultarlo con el pediatra, quien probablemente nos derive al especialista, pues las adenoides no se diagnostican en una exploración normal. El otorrinolaringólogo será quien evalué el caso en detalle, realizando una exploración del área ORL y apoyándose en otros estudios como rinoscopia, radiografías o nasofaringoscopia, siempre atendiendo a los síntomas y edad del niño.
Extirpación de vegetaciones o adenoidectomía
Por lo general, las adenoides hipertrofiadas suelen tratarse en primer lugar con antibióticos, pero de no curarse y persistir las infecciones, o en el caso de que su tamaño impida respirar bien al niño, se podría indicar la extirpación de las adenoides (adenoidectomía).
Esta cirugía, tan habitual en la infancia y que en ocasiones también se acompaña de la extirpación de las amígdalas, no reviste complicaciones y se realiza de forma ambulatoria y bajo anestesia general. La recuperación suele ser rápida, y en apenas unos días el niño vuelve a su actividad cotidiana, habiendo mejorado notablemente su calidad de vida y su descanso nocturno.
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Vía | Kids Ealth, Hospital HM Nens