Según ha informado la Agencia de Salud Pública de la Generalitat de Catalunya, en las últimas semanas se han registrado varios brotes de impétigo en buena parte de las escuelas de Barcelona, pero también en otros territorios catalanes. Se trata de una infección de carácter bacteriano leve pero muy contagiosa.
En la actualidad hay varios brotes activos, por lo que las autoridades sanitarias están enviando circulares a los centros en los que se han detectado casos, para avisar sobre las medidas oportunas y evitar así que siga extendiendo la infección.
Qué es el impétigo
El impétigo es la infección cutánea bacteriana más frecuente en pediatría, que puede ser de dos tipos: ampolloso o no ampolloso. Por lo general, la causa es la bacteria estafilococo, pero algunas veces el estreptococo también puede causarla. Es más común en los niños entre dos y seis años.
Inicialmente la lesión del impétigo es una vesícula o pústula, pequeñas llagas rojizas rodeadas por zonas enrojecidas. Luego se transforma en una lesión costrosa amarillenta o de color miel, se llenan de pus y al cabo de algunos días se abren y forman una costra gruesa.
Con frecuencia las heridas producidas por el impétigo, pican, pero rascarse puede diseminar las llagas. Es altamente contagioso, y las llagas se pueden extender por contagio directo a otras partes del cuerpo, o a las personas que entren en contacto con él. También se contagia por contacto con objetos que hayan tocado al infectado, como la ropa de vestir, las toallas y la ropa de cama.
No se acompaña de signos generales como la fiebre, aunque se pueden encontrar ganglios aumentados de tamaño en las cercanías de la región afectada.
Si el bebé o niño ya ha iniciado el tratamiento, hay que vigilar las úlceras y llamar al pediatra si la infección no empieza a remitir al cabo de tres días de tratamiento o si el niño tiene fiebre.
Impétigo ampolloso
Este tipo es más frecuente en lactantes y niños pequeños, causado por el Stafilococo Aureus. Existen dos formas según su localización (localizado o generalizado, que abarca mayor superficie corporal del paciente). Para el tratamiento del impétigo ampollar los bebés recién nacidos deben recibir tratamiento endovenoso con aislamiento. Si las lesiones son localizadas puede iniciarse en niños mayores terapia antibiótica vía oral.
El impétigo no ampolloso o clásico
Este tipo es el más común en general. Las lesiones aparecen en lugares en los que existen otras lesiones anteriores, puertas de entrada a infección (picaduras de insectos, lesiones por varicela, por sarna, quemaduras o heridas de origen traumático). Es frecuente la localización del impétigo en cara o extremidades.
El impétigo no ampollar recibe tratamiento local, buena higiene y el uso de productos con acción desinflamatoria, antiséptica y cicatrizante.
En caso de las lesiones que rodean la boca, nariz o párpados se recomienda el uso de antibióticos orales o en crema. Será el médico el que indique el mejor tratamiento a seguir, su dosis y duración.
Cómo prevenir el contagio
Desde los Servicios de Vigilancia Epidemiológica de la Agencia de Salud Pública de Cataluña se están recomendando las medidas preventivas oportunas para limitar su extensión.
Si las lesiones aparecen, acudir al médico para que indique el tratamiento adecuado.
Tras iniciar el tratamiento piden que los niños afectados pasen 48 horas en casa, hasta que la herida esté seca. Es entonces cuando ya no hay peligro de contagio y los menores pueden volver a la escuela.
Mantener una buena higiene: limpiar cualquier herida con agua y jabón, y si se quiere también se puede aplicar un desinfectante.
Vía | La Vanguardia