Parece ser que los niños nacen con el gusto por las patatas fritas, las hamburguesas y los refrescos de establecimientos de fast food “bajo el brazo", y los papás, que muchas veces se sienten en deuda con los pequeños por no poder estar más tiempo con ellos, satisfacen sus caprichos llevándoles cada semana a establecimientos como McDonald’s o Burger King.
El mencionado placer de los pequeños cuando ingieren comida rápida no preocupa en exceso a no ser que se convierta en algo habitual, ya que además algunos de estos alimentos, en muchas ocasiones y por el mismo motivo (falta de tiempo), forman parte de las cenas, como el pollo empanado, frankfurts, pizzas, patatas fritas, hamburguesas, nuggets, etc. La lucha del Ministerio de Sanidad contra estos establecimientos, no sería tal si los usuarios los visitaran de forma esporádica, pero desafortunadamente, son muchas las personas, y muchos los motivos, que llevan a que esta alimentación forme parte de sus vidas, aunque conozcan sus peligros nutricionales.
A parte de perjudicar al organismo, esta alimentación en un consumo poco moderado es una gran aliada de la obesidad y el sobrepeso, pues ya sabemos que en una sola comida puede llegar a ingerirse más de la mitad de las calorías diarias necesarias, la mayor parte de culpa es del exceso de grasas que proporcionan las frituras, rebozados y empanados, que además calentados, resultan más indigestos y con el tiempo, aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Si añadimos los postres dulces y llenos de azúcar que con sus grandes fotografías seducen a los más golosos… éstos además favorecen la diabetes y la caries dental, entre otros trastornos.
Una opción algo más saludable y con lo que también puedes satisfacer a tus hijos en su deseo de acudir a un fast food, es eligiendo los menús que últimamente están reinando para limpiar la imagen de estos establecimientos, con ensaladas, pescados y pollo asado, yogures, frutas, etc.
Los niños e incluso los adolescentes, confían en la eterna y saludable juventud, somos los padres los que debemos educarles con lo que más les conviene, explicarles desde pequeños lo que nuestro organismo necesita y lo que no, es un aprendizaje tan o más importante que muchos otros, pues con ello va la salud.
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