La Navidad ha traído muchas sorpresas a los niños, pero no todos han recibido el regalo que esperaban, y es que en algunos casos ha sido lo que seguramente anhelaban desde años atrás.
Es el caso de Tamzin, una niña de ocho años que perdió la audición a los cuatro años, por culpa de un herpes que cogió al nacer. Estos días su vida ha dado un giro tremendo, y es que ha podido volver a escuchar su voz después de mucho tiempo.
Un mal día despertó sin poder oír
Tenía solo cuatro años cuando el herpes atacó a su oído de tal manera que de la noche a la mañana la dejó sin la capacidad de oír correctamente.
En ese momento, sus padres sintieron que el mundo se les caía encima: solo cuatro años y no podía oír bien, y todo por un virus que podría volver a hacer de las suyas.
Por entonces se le puso un implante que le otorgaba algo de audición y le ayudaba a seguir oyendo, aunque de manera limitada. Según los padres, la mayoría de su "audición" se basaba en su capacidad de leer los labios a los demás.
Hace seis meses el virus volvió a activarse hasta robarle la poca capacidad auditiva de que disponía.
El pasado jueves activaron el nuevo implante
A principios de diciembre le pusieron un nuevo implante coclear, que fue activado el pasado jueves:
La emoción de la niña responde a que por primera vez en tantos años, por fin puede oír claramente su voz. Se oye, aunque con un hándicap, su voz le suena como si fuera la de un robot.
La razón, según leemos en DailyMail, es que esa voz que oye no le llega a través de su oído, sino a través de las señales que el implante electrónico está proporcionando directamente al cerebro.
Al tratarse de una niña que ya ha oído anteriormente, y en consecuencia tiene memoria de cómo suenan las cosas, es capaz de explicar el tipo de sonido que le llega, que es como metálico o robótico (a las personas con sordera que han oído antes se les conoce como "postlocutivos", y suelen explicar esto mismo, que reciben los sonidos como metálicos).
La niña explica su nueva situación de esta manera:
Me siento increíble. Estoy muy feliz de poder oír con los dos oídos; ahora mi madre no tendrá que repetir lo que me dice una y otra vez.
Puedo oír a mi madre y a mi hermanito con los dos oídos y suena increíble.
Me siento normal otra vez, y además, si quiero volver a ser sorda para no oír a mi madre no tengo más que quitármelo.
No podemos más que alegrarnos por ella, y por su familia, porque la Navidad del 2016 será recordada por ser aquella en que por fin pudo escuchar de nuevo su voz y la de su familia.
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