Las autopsias determinaron que muchos de los infantes tenían una anomalía relacionada con una hormona cerebral llamada serotonina. Esta anomalía implicaría un desequilibrio en la manera en que el cerebro procesa la serotonina, sustancia química que actúa de neurotransmisor y que influye entre otros en la respiración, la temperatura corporal y el despertar del sueño. El estudio revela que los bebés con el síndrome de muerte súbita tenían casi el doble de neuronas con defectos en la serotonina.
El equipo espera desarrollar un test que permita identificar la anomalía para poder combatirla durante el periodo crítico, que va desde el nacimiento hasta los seis meses de edad.
Los médicos recomiendan a los padres de los recién nacidos asegurarse que sus hijos duerman boca arriba y que no haya cojines ni almohadas en la cama.
Vía | Euronews Más información | Journal of the American Medical Association. En bebés y más | Factores y hechos asociados al Síndrome de la Muerte Súbita | Muerte súbita: reduce el riesgo | Dormir con el bebé en el sofá aumenta el riesgo de muerte súbita