Para llegar a esta conclusión los expertos tomaron los datos de niños de 20 guarderías, aspectos como el entorno que se vivía, el comportamiento, la actividad física, etc., sirvieron para conocer esta curiosa relación. En el estudio se desprendía que aquellos niños que realizaban mayor actividad física, es decir, al menos un 15% del tiempo que pasaban en la guardería, en su casa realizaban actividades sedentarias durante la mitad de su tiempo. En cambio, aquellos niños que realizaban una actividad física por debajo del 9% del tiempo de la guardería, superaban el 60% del tiempo que realizaban actividades sedentarias en sus casas. Los niños que durante su estancia diaria en la guardería superaban los 80 minutos de ejercicios físicos moderados, en casa se mantenían hasta 140 minutos más activos.
Aumentar la actividad física de los niños no resulta difícil y más cuando los medios para ello son los juegos y juguetes, algo que apasiona a los pequeños. Una de las fórmulas para evitar el sobrepeso y la obesidad es precisamente el ejercicio físico, el movimiento, pero debe ser instaurado en los niños desde que son pequeños.
Es como si las actividades en el hogar fueran una prolongación del modo de actuar en la guardería. Por esta razón, es muy importante que los educadores y cuidadores promuevan la actividad física entre los pequeños.
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