Cuando tengas varios nombres de pediatras, y aún a riesgo de parecer cargosa, pide una entrevista personal con cada uno de ellos durante los últimos meses de tu embarazo. La mayoría de los pediatras ofrecen este tipo de entrevista preliminar. Conviene que tu pareja esté presente durante la entrevista para garantizar que ambos estén de acuerdo con la filosofía del pediatra. No te avergüences de hacer preguntas, pues a través de sus respuestas podrás conocer mejor a cada candidato.
Después de las entrevistas, discute con tu pareja las alternativas; es importante que se pregunten si se sienten cómodos con la forma de proceder de cada uno de los pediatras entrevistados. El adecuado será aquel que te haga sentir que es una persona en la que se puede confiar, que escuchará pacientemente tus dudas y preocupaciones y responderá a todas tus preguntas. De todas maneras, en cuanto nazca tu hijo, la mejor “prueba" para el pediatra que hayas seleccionado será ver cómo cuida de tu bebé y cómo responde a todas las dudas y preocupaciones que te vayan surgiendo. Si no estás satisfecha con algún aspecto del trato que estás recibiendo o que recibe tu hijo, plantea el problema directamente al pediatra. Si su respuesta no te convence o el problema, simplemente, no se resuelve, no dudes en cambiar de pediatra.
Todo pediatra tiene la responsabilidad de ayudar a los padres a criar a sus hijos con la mayor facilidad, comodidad, placer y éxito posibles. Sin embargo, cada médico tiene su propio enfoque, por lo que es tu responsabilidad elegir al que mejor se ajuste a las preferencias y necesidades particulares de tu familia.
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