Los labios son muy sensibles a las condiciones externas, y es habitual que se agrieten, se sequen o presenten daños. En esta época, el frío y el aire son sus principales enemigos, aunque también lo es el ambiente seco del interior de los hogares propiciado por las calefacciones.
Los bebés y niños no están exentos de padecer irritación en los labios, aunque en ellos es más fácil que se den pequeñas complicaciones ya que suelen morderse, tirarse de los pellejitos o tocarse con las manos sucias. Por eso es muy importante tratar las irritaciones correctamente y evitar determinadas prácticas que pueden ocasionar más daño.
Causas y síntomas de los labios agrietados
Todos hemos tenido los labios resecos en algún momento. Las causas de esta irritación son variadas, y van desde factores externos (los más habituales) como frío, viento, sol, aire acondicionado, calefacción o sequedad en el ambiente, hasta deshidratación, alergias o incluso ciertas enfermedades.
Además, en los niños con tendencia atópica, la sequedad labial puede agravarse y extenderse también alrededor de la boca y la nariz.
Los labios resecos provocan grietas dolorosas, quemazón, tirantez de la piel y heridas. Estas últimas son más habituales en el caso de los más pequeños, a quienes les cuesta más trabajo ser conscientes de las prácticas que deben evitar para no empeorar la lesión.
Prácticas que perjudican la irritación labial
En este sentido, las prácticas que perjudican la irritación labial y empeoran los síntomas son:
- Mordisquear objetos como lápices o juguetes no solo puede ocasionar lesiones en la mucosa oral y problemas dentales, sino también empeorar la irritación labial.
- En contra de lo que se puede creer, chuparse los labios para tratar de hidratarlos empeora su sequedad, por lo que es una práctica que debemos evitar.
- Tirar de los pellejitos, mordisquear los labios o tocarse con las manos agravará la lesión, pudiendo incluso provocar nuevas heridas, grietas con sangre e infección
¿Cómo tratar los labios agrietados?
Si tu hijo tiene los labios agrietados y la piel de alrededor de la boca muy reseca, además de evitar las prácticas mencionadas hay que seguir estos consejos:
Aumentar la hidratación bebiendo más agua, no solo para favorecer la recuperación de la piel y los labios resecos, sino porque beber la cantidad de agua recomendada para cada edad ayuda a que nuestro organismo mantenga sus niveles óptimos de hidratación evitando otras complicaciones más serias.
Hidratar los labios con vaselina neutra o un bálsamo labial sin perfumes ni alcohol. Esta hidratación debe ser frecuente a lo largo del día, evitando que el niño se chupe los labios y se retire el producto. También debemos hidratar sus labios antes de irse a dormir.
El frío es el principal enemigo de los labios agrietados, por lo que antes de salir a la calle hemos de protegerlos con una buena capa de bálsamo labial. Además, es importante que el niño se cubra la boca con una bufanda, especialmente si no tiene edad de utilizar mascarilla, y así evitar que el aire o las bajas temperaturas irriten más la zona.
La piel y los labios también deben protegerse del sol y la nieve con cremas y cacaos que contengan filtros solares.
No descuidar la higiene bucodental, pues de lo contrario podría aumentar el riesgo de que las heridas de los labios se infecten.
Hidratar muy bien la piel del rostro con cremas faciales, sobre todo si el niño tiene la piel atópica. Insistir en el área alrededor de la boca y la nariz, por ser más sensibles a la irritación y la sequedad.
Cuándo consultar con el pediatra
Siguiendo las recomendaciones mencionadas, aumentando la hidratación y evitando las prácticas dañinas, en cuestión de días la irritación de los labios debería desaparecer. No obstante, es importante continuar con las rutinas de higiene y cuidados, sobre todo si el niño tiene tendencia a tener los labios agrietados.
Si a pesar de los cuidados la irritación labial persiste, el niño se queja de dolor o incluso empeoran las lesiones, se debe consultar con el pediatra, no solo para averiguar la causa que está provocando este episodio, sino para buscar otro remedio más eficaz.
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