Hay muchos más ejemplos, como los niños que padecen dermatitis atópica, ésta suele mejorar en verano gracias a la exposición que sufre la piel al sol y al aire. Además el mar es un gran aliado para aliviar en cierta medida este trastorno, la combinación entre el agua salada y los rayos solares tienen un verdadero efecto antiinflamatorio.
También se recomiendan si el pequeño ha sufrido un invierno y primavera muy acusado en cuanto a los trastornos comunes de la época, como pudieran ser los resfriados, las amigdalitis, otitis, etc. Este tipo de problemas los padecen más los niños que viven en las grandes ciudades, a los que la contaminación ambiental les afecta especialmente en parte, por los niveles de polvo en suspensión que son mucho más elevados. Ante este tipo de casos, lo mejor es acudir de vacaciones a la playa, los rayos solares y el aire seco despejan nariz y bronquios y en general se alivian notablemente las mucosas y todo lo que concierne al aparato respiratorio.
Recordamos un familiar nuestro que nos contó que tenía asma, por aquel entonces, hace ya muchos años, un prestigioso médico aconsejo a sus padres que debía cambiar de clima, el vivía en Cataluña y el clima al ser más húmedo afectaba directamente a sus bronquios. Se fueron a vivir a Tánger, al cabo de unos años, se había curado del asma que padecía.
Hay muchas clases de asma, en el caso de nuestro familiar se curó, los especialistas recomiendan en ocasiones cambiar a climas secos y soleados que favorezcan una mejora de la enfermedad. Pero todo depende de lo que produzca el asma, por eso acudir al pediatra e informarse sobre el lugar más idóneo para pasar las vacaciones es un buen consejo, ya que conseguirás dos objetivos, mejorar la salud de tu hijo y disfrutar de unas merecidas vacaciones.