Según los especialistas, no hay que eliminar completamente la fiebre a través de los antitérmicos, ya que la curación del niño se retarda por esta causa. La solución, dependiendo de la gravedad de la enfermedad es no administrar ningún fármaco para que el sistema inmunitario del pequeño pueda llevar a cabo la tarea de eliminar los microorganismos invasores. Siempre que la temperatura no supere los 38º C no debemos intervenir, en caso de que el niño tolere esta situación.
Si por el contrario, teniendo la temperatura de 38º C vemos que el pequeño lo está pasando mal, que se queja y llora, entonces si que es aconsejable administrarle el antitérmico, aunque su temperatura corporal no supere los 38º C. Según los pediatras, es mejor esperar a que la enfermedad se cure sola, pero hablamos de enfermedades que son leves, como pudiera ser un resfriado, además es una manera de potenciar el sistema inmunológico del niño. Los antitérmicos los podemos comprar libremente en la farmacia sin necesidad de receta médica, esto es en parte beneficioso y en parte perjudicial, ya que muchas madres suelen administrarlo en cuanto ven que el bebé tiene un poco de fiebre, por eso, antes de administrarlo es recomendable cerciorarse de la situación.
Siempre que se administre un antitérmico y se compruebe que la fiebre no baja, lo mejor es acudir al pediatra pues esto puede indicar otro tipo de dolencia o una patología de mayor gravedad de lo que pensábamos.
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