El síndrome de hemorragia por déficit de vitamina K o enfermedad hemorrágica del recién nacido es una afección rara pero muy grave que puede presentarse en los bebés en las primeras horas o semanas de vida. Se caracteriza por un sagrado en los intestinos o en el cerebro que puede causar daño cerebral o incluso la muerte.
¿Por qué se produce el síndrome por déficit de vitamina K?
A la vitamina K se la conoce como la vitamina de la coagulación, ya que es necesaria para la coagulación normal de la sangre. Las bacterias de los intestinos producen mucha de la vitamina K que el cuerpo necesita.
Pero en el caso de los bebés, con un sistema digestivo aún inmaduro, esta producción no es suficiente. Aunque la madre haya recibido esta vitamina en su dieta, la cantidad que pasa a través de la leche materna no es suficiente, por eso se refuerza al nacer con una inyección intramuscular de vitamina K.
¿Cómo se administra la vitamina K en recién nacidos?
La forma más extendida de administrarla es una única dosis intramuscular. Es decir, nada más nacer, una inyección le da la bienvenida al mundo al bebé (la tetanalgesia o amamantar al bebé es ideal para estas primeras intervenciones). Es salir al mundo y toma pinchazo. Desde luego, no es plato de gusto para nadie, pero las consecuencias pueden ser tan graves que lo hacemos por el bien del bebé.
También se puede administrar por vía oral, pero lo cierto es que son pocas las veces en las que se consulta a los padres qué forma de administración prefieren. Por vía oral deben darse 3 dosis en diferentes en diferentes días lo que puede llevar a olvidos o que el bebé vomite parte de las vitaminas. De ahí que la manera preferente de administrarla sea la inyección.
¿Por qué los antivacunas están en contra?
Desde 1961 se administra de forma rutinaria la vitamina K a todos los recién nacidos en los Estados Unidos, pero en los últimos años, concretamente en 2013 en el Hospital Pediátrico de la Universidad de Vanderbilt, en Tennessee, han observado que entre los niños que no habían sido vacunados se han dado siete casos de deficiencia de vitamina K en un periodo de 8 meses. En 5 de los casos los bebés sufrieron hemorragias gastrointestinales o cerebrales.
Esta tendencia se extendió alcanzando el 28% de padres que rechazaron la inyección de vitamina K en centros de maternidad privados cerca de Vanderbilt. Esta tendencia también se extendió a otras partes del país como Ohio, donde afortunadamente pudieron detener a tiempo la hemorragia cerebral en un bebé de 10 semanas antes de que llegara a ser grave.
Podría pensarse que los padres se rehusan al pinchazo, que aunque no es agradable, al igual que en las vacunas, no hay otra manera efectiva de hacerlo. Pero no es sólo eso, los antivacunas creen, erróneamente, que la vitamina K es peligrosa.
Entre los años 1990 y 1992 aparecieron dos estudios (ambos dirigidos por la misma persona) que sugerían una posible asociación entre las inyecciones de vitamina K en recién nacidos y el desarrollo de leucemia y otras formas de cáncer infantil.
Sin embargo, dos grandes estudios retrospectivos realizados posteriormente en EE.UU. y Suecia que revisaron los registros médicos de 54,000 y 1.3 millones de niños, respectivamente, no encontraron evidencia de una relación entre cáncer infantil e inyecciones de vitamina K al momento nacer.
Además, un análisis agrupado de seis estudios de caso y control, incluyendo a 2,431 niños diagnosticados con cáncer infantil y 6,338 niños libres de cáncer, no encontró evidencia de que las inyecciones de vitamina K en recién nacidos incrementaran el riesgo de leucemia infantil.
A la luz de los estudios, la Academia Americana de Pediatría recomendó continuar con la profilaxis de rutina con vitamina K en recién nacidos debido a que el síndrome de hemorragia por déficit de vitamina K es potencialmente mortal y los riesgos de cáncer son improbables y no han sido demostrados.
Los médicos son contundentes en este asunto, al igual que lo son en el caso de las vacunas. Según el Dr. Robert Sidonio Jr., hematólogo y profesor asistente de pediatría en la Universidad de Emory, en Atlanta, "Si usted se niega a que se administre la inyección, está poniendo en peligro la salud de su hijo".
La incidencia es muy baja, pero puede suceder
La verdad que el síndrome de hemorragia por déficit de vitamina K tiene una incidencia muy baja en la población. Ocurre con una incidencia aproximada del 0,25% al 1,7%. Pero recordemos que también la tenía la difteria, una enfermedad desaparecida hace 28 años y que ha vuelto para llevarse la vida de un niño de 6 años que no había recibido la vacuna.
Una vez más, la falta de información puede llevar a que los padres decidan no administrar en el recién nacido la inyección de vitamina K para prevenir el SDVK, una complicación potencialmente mortal y fácilmente prevenible.
Vía | MedLine
Fotos | iStockphoto
Más información | Oregon State
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