Es bien conocido que el tabaco se cobra vidas, incluso si el humo lo inhalamos por lo que fuman otros. Por ese motivo, es vital proteger del humo del tabaco a los fumadores pasivos más vulnerables de todos: los niños.
Ahora, un reciente estudio pone de manifiesto que los niños que están expuestos al humo del tabaco tienen el doble de probabilidades de recaer con una crisis asmática en un periodo de doce meses tras una hospitalización por asma.
Los investigadores sugieren que podría ser interesante hacer pruebas de la exposición al tabaco en los niños, con la intención de protegerlos e identificar a aquellos cuidadores que siguen fumando delante de ellos en casa o en el coche, para informarles del riesgo al que les exponen y quizá para ofrecerles ayuda para dejar de fumar.
Podría medirse la exposición al tabaco tomando muestras de sangre y/o saliva y utilizar esos resultados para prever de una forma objetiva las probabilidades que tiene ese niño de ser atendido nuevamente por una crisis asmática si no frena su exposición al humo de tabaco.
Con esta información podrían diseñarse intervenciones específicas no sólo para el niño sino también para sus padres o cuidadores, para intentar evitar que el niño recaiga nuevamente de su enfermedad.
Y es que los resultados del estudio, realizado con más de 600 niños desde 1 a 16 años de edad, a los que realizaron pruebas de sangre y saliva y a quienes se dio seguimiento durante un año tras su ingreso en un hospital para el tratamiento del asma son claros: aquellos niños que estuvieron expuestos al humo tenían más del doble de probabilidades de volver al hospital para un tratamiento por asma que los niños sin exposición al tabaco.
Foto | Shannon Holmanen Flickr CC Vía | Medline En Bebés y Más | La Ley Antitabaco ayuda a que haya menos ingresos hospitalarios por asma infantil