Los niños menores de cinco años deberían evitar tener como mascotas a erizos, hámsters, pollos, lagartos pequeños y tortugas debido a los riesgos de salud que representan, según un informe de la Asociación Americana de Pediatría.
Hay evidencias que indican que estos animales son portadores de gérmenes peligrosos, que pueden llegar a ser incluso mortales. Además presentan un mayor riesgo de mordedura o arañazo que perros y gatos, que han sido las mascotas preferidas desde siempre.
Dado que los niños pequeños tienen un sistema inmunológico en fase de desarrollo y a menudo se ponen las manos en la boca, son vulnerables a posibles patologías derivadas de este tipo de animales. Cerca del 11% de las infecciones por salmonella en niños provienen por contacto con lagartos pequeños, tortugas y otros reptiles. Los hámsters y los pollitos también pueden ser portadores de este germen.
Por ejemplificar un caso, uno de los autores del estudio, Joseph Bocchini, explicó un caso reciente en que trató a un niño de salmonella contagiada por la iguana que tenían en casa, que vivía suelta por la casa. El niño se recuperó satisfactoriamente, pero estuvo ingresado cuatro semanas en el hospital.
Con supervisión y teniendo el cuidado de lavarse las manos después de estar con ellos, el contacto con los animales es "algo bueno", comentó Bocchini, pero se recomienda esperar a que el niño sea mayor antes de traer una mascota exótica a casa.
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