Hoy, en el Día Mundial de los Animales, queremos destacar los grandes beneficios que tiene para los niños, el hecho de tener y cuidar a sus animales de compañía.
Para los niños, tener un animal de compañía puede ser algo realmente maravilloso; pero además, conlleva una gran responsabilidad. Implica el deber de cuidar a ese ser que depende de nosotros, y por ello, podemos afirmar que tener animales fomenta en los niños su sentido de la responsabilidad y el cuidado hacia otros.
Tener animales para los niños: ilusión, amor y responsabilidad
Si tu hijo te ha pedido un gatito o un perrito, y él es pequeño, es probable que su deseo solo entrañe una gran ilusión por tener ese animalito en casa, ya que solo piensa en poder verle crecer, jugar con él, etc.
Y es normal que los niños, cuando son más pequeños (y sobre todo, si es el primer animal que tienen), no piensen tanto en la gran responsabilidad que conlleva el hecho de tener un animal en casa.
Pero justamente por eso, y más allá de destacar las partes positivas de tener un animal a quien cuidar, es importante hacerles conscientes de esa gran responsabilidad, y de los cuidados que implica cualquier animal que depende de nosotros.
Por otro lado, esta gran responsabilidad les puede servir como ejemplo y como reto para seguir aprendiendo. Aprender, sobre todo, que cuidar a los animales requiere tiempo, amor, dedicación y compromiso.
Cuidar, alimentar y jugar
Según un estudio realizado por la Fundación Affinity, cuando a los niños se les pregunta por su relación con su perro o gato, los primeros conceptos que asocian con este vínculo son: "cuidar", "alimentar" y jugar". Tres acciones y a su vez, tres valores que podemos enseñar a los niños a través de la compañía y el cuidado de su animal.
¿Cómo fomentar esta responsabilidad?
Si habéis acogido a un nuevo miembro en la familia, un animalito en casa, y además los niños quieren involucrarse en sus cuidados, es importante que acordemos con ellos de qué tareas se van a encargar (¡más allá de jugar con él!). Debe quedar claro que podrán disfrutar mucho con él, pero que también es imprescindible encargarse de sus cuidados.
Por otro lado, también les haremos saber que papá y mamá también pueden encargarse de los cuidados de ese animal (cada familia decidirá); pero, en todo caso, siempre es importante delimitar bien esos roles y tareas, decidir quién se encarga de qué, etc.
En definitiva; transmitirles que ese animal necesita sus cuidados, explicar y especificar bien en qué consistirán dichos cuidados, la frecuencia, el material a utilizar, etc.
Tareas en función de la edad
Podemos fomentar esa responsabilidad en los niños hacia sus animales a través de la asignación de tareas en función de su edad (y como siempre, con el debido acompañamiento y supervisión).
- Niños pequeños
En general, los niños más pequeños pueden encargarse de que sus animales tengan agua limpia, de darles la comida, cepillarlos, peinarlos y lavarlos. También, pueden encargarse de recoger sus juguetes, de darles un premio o de jugar con ellos (igual que los mayores y adultos).
- Niños un poco más mayores
En niños más mayores, la tarea puede ser dar un paseo con ellos, bañarlos e ir asumiendo cada vez responsabilidades más importantes, como apuntar sus vacunas, limpiar la caja de arena (en el caso de los gatos) o preparar juguetes caseros para el animal.
Tener animales de compañía: algo positivo para los niños
Hemos hablado de la gran responsabilidad que implica tener un animal en casa. Pero también hay la parte positiva, y es que conlleva muchísimos beneficios, tanto para los niños como para los adultos. Entre ellos destacan:
- La compañía de un animal mejora la calidad de vida de todo ser humano; preserva el equilibrio físico y mental.
- El cuidado de los animales promueve valores como la compasión y la empatía, ingredientes esenciales para un buen desarrollo social y emocional.
- Su compañía y amor fomentan la alegría y ayudan a disminuir los miedos habituales en la infancia (e incluso, podría reducir la ansiedad en niños con autismo).
Además, en las terapias asistidas por animales (como la terapia asistida con perros), se produce una mejora en la calidad de vida de los pacientes (en niños con trastornos del neurodesarrollo pueden ser muy beneficiosas).
Los animales para los niños: una fuente de apoyo emocional
El estudio mencionado también arroja otro dato interesante; y es que el 46% de los niños percibe su animal de compañía como su principal fuente de apoyo emocional, después de los padres. Los lazos afectivos que establecen con él fomenta todo esto, y además, les ayudan a gestionar las emociones desagradables como el miedo o la tristeza.
Esto es así, siempre según el estudio, porque el niño se acostumbra a recurrir a su animal para abrazarle y encontrar alivio en situaciones que le generan malestar o que siente como problemáticas. Y este comportamiento que el niño va repitiendo acaban instaurando esta dinámica donde el animal es una fuente de consuelo, igual que podrían ser otras figuras de apego, como los padres.
Un buen compañero de juegos
El 50% de los participantes del estudio afirmó que su gato o perro era su "compañero de actividades y juegos", y ocho de cada 10 niños entre 9 y 12 años aseguró que prefería jugar con sus animales de compañía que con videojuegos.
Tener un animal de compatía también contribuye al desarrollo educativo y social de los niños
En los niños, además, el hecho de tener un animal de compañía contribuye en su desarrollo educativo y social. ¿Por qué motivo? Principalmente, porque les obliga a asumir responsabilidades y a aprender valores como el respeto por los demás.
Cuidar a un animal de compañía también es beneficioso para potenciar el sentimiento de competencia personal, la autoestima y la seguridad personal.
Todo ello se consigue gracias a que, el hecho de sentirse capaces de cuidar a otro ser vivo, les reporta satisfacción y mejora su sentimiento de autovalía.
Cultivando el amor por los animales
Si los niños quieren disfrutar de la compañía y el amor de un animal, también deben entender las obligaciones que implica todo ello. Y si quieren involucrarse en su cuidado, deberán conocer qué necesita un perro o un gato; para ello, se lo explicaremos, siempre adaptando nuestro lenguaje a su edad y conocimiento.
Deben entender que es una gran responsabilidad, pero también, una fuente de amor, disfrute y apoyo, y los beneficios de tener un animal son grandes; principalmente, fomentan valores como el cuidado y la empatía y también, puede ser un sostén emocional para los niños.
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