El abuso de pantallas por parte de los más pequeños es una preocupación creciente entre los profesionales de la salud, ya que está teniendo consecuencias en la salud de los niños como problemas visuales -la miopía ha aumentado en 1,75 dioptrías en los últimos cinco años- y problemas en el desarrollo del lenguaje, entre otras.
Pediatras, psicólogos y logopedas alertan de un gran incremento de niños menores de tres años con retraso psicomotor, lo que implica una disminución del uso del lenguaje, debido a una mala utilización de las pantallas en un momento en el que son “especialmente vulnerables”.
Los niños pasan demasiado tiempo frente a las pantallas de los dispositivos electrónicos, un uso excesivo de la tecnología que además se agravó durante la pandemia, alejándolos de un entorno de relaciones personales y conversaciones que tanto les ayudan a construir el lenguaje.
“El 85 % del desarrollo neuronal en los niños se produce en los tres primeros años de vida”, advierte la psicóloga Silvia Álava, quien asegura que los menores tienen que experimentar en un entorno multisensorial que no son capaces de percibir con la tecnología.
Por su parte, la pediatra de Atención Primaria, Pilar Mallada, destaca que esta estimulación de las pantallas lleva a los menores a confundir la realidad y la ficción. Por ello, los expertos insisten en que los niños tienen que aprender en contextos naturales.
“A nivel emocional pasa factura desarrollando menos tolerancia a la frustración, no aprendiendo a demorar las recompensas y sin saber gestionar el auto control”, advierte la psicóloga Silvia Álava, mientras la pediatra Mallada también resalta que pueden aparecer problemas físicos como hipertensión, obesidad y problemas oculares.
El "chupete digital" retrasa el lenguaje
Un estudio presentado por la Academia de Pediatría de Estados Unidos en 2017, realizado sobre una muestra de 900 niños, constató que dos de cada diez niños de entre seis meses y dos años pasaban una media de 28 minutos al día usando las pantallas y eso afectaba a su desarrollo del lenguaje.
Por cada incremento de 30 minutos de tiempo con una pantalla móvil, los investigadores descubrieron un 49 por ciento más de riesgo de sufrir retrasos del lenguaje expresivo.
Desde el Servicio Aragonés de Salud, con el apoyo del Gobierno de Aragón y de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de Aragón (Arapap) quieren alertar a los padres para concienciar sobre este problema: "Háblale, mírale, cántale, juega. Estimula su cerebro. Que no te sustituya una pantalla" es el mensaje de un cartel distribuido por todos los centros de salud.
Antes de los dos años, nada de pantallas. Desde la Academia Americana de Pediatría señalan que los niños menores de dos años no deben estar expuestos a las pantallas. De dos a cinco años entre media hora y una hora al día, con fines lúdicos, hasta los 12 una hora con un adulto delante y hasta los 15, una hora y media cómo máximo.
También destacan que es importante evitar el uso de pantallas antes de dormir, ya que el cerebro necesita descansar evitando la luz azul y los estímulos visuales de las pantallas. En su lugar, podemos leer libros, contar cuentos o colocar música suave para crear un ambiente de relax.
Qué hacer para evitar el abuso de pantallas en los niños
- Predica con el ejemplo. Tan importe es hablarle e interactuar con el niño como predicar con el ejemplo. Si nosotros nos pasamos el día mirando la pantalla del móvil, los niños lo verán como algo natural.
- Tiene que haber una persona adulta presente cuando el menor esté utilizando la tecnología para que controle el tiempo de exposición, así como los contenidos, medios y redes sociales que se visitan y la información que reciben.
- Buscar alternativas a las pantallas: en los libros, los juegos tradicionales, actividades al aire libre y el ejercicio físico.
- Los dispositivos tecnológicos no pueden estar en el cuarto del niño o adolescente, sino en una habitación de tránsito, como el salón o un despacho.