Jack y Cam llegaron al mundo mediante cesárea el pasado mes de abril, tras un embarazo complicado después de una FIV. Pero el pequeño Cam nació con labio leporino y paladar hendido, una malformación que no había sido diagnosticada por los médicos durante las ecografías realizadas a su madre a lo largo de toda la gestación.
Hoy, Cam tiene seis meses meses y ya ha pasado por quirófano para una primera reconstrucción. Su padre, Matt Martin (Texas, Estados Unidos) ha querido compartir su historia en redes sociales para concienciar acerca de esta malformación, que en Estados Unidos afecta cada año a uno de cada 600 bebés recién nacidos, así como para animar a otras familias que estén pasando por lo mismo.
La historia de lucha del pequeño Cam Dawson
La historia de este bebé la conocimos a través de la web Love what Matters, donde su padre, Matt Martin, publicó su historia para dar difusión a este tipo de malformaciones congénitas.
Como él mismo explica, "cuando vio a su hijo Cam por primera vez se quedó en shock". Las ecografías realizadas a lo largo del embarazo no diagnosticaron que uno de sus gemelos venía con paladar hendido y labio leporino, así que cuando vio a su recién nacido no entendió lo que le pasaba.
"En esos primeros momentos nadie me dijo nada. La enfermera lo puso sobre mis brazos y mi hijo lloró y lloró. Yo solo quería ayudarle, pero no había visto nunca nada similar. Jamás en mi vida me había sentido tan indefenso. Inmediatamente llegaron los médicos, me lo quitaron de mis brazos y se lo llevaron"
"Mi mujer me preguntaba si nuestro hijo estaba bien, pero yo no lograba articular palabra y sólo negaba con la cabeza"
Los primeros días tras la llegada de sus gemelos estuvieron llenos de emociones encontradas, miedo, dudas y mucha incertidumbre. Matt y su mujer no sabían cuál sería el futuro de su bebé, y comenzaron a prepararse mentalmente para las cirugías que su hijo debería abordar, a corto, medio y largo plazo.
La primera llegó a los cuatro meses de edad, cuando un cirujano reparó su paladar blando y su labio superior. La segunda tendrá lugar a los 18 meses, y consistirá en una reconstrucción del paladar duro y la nariz. Y entre los cuatro y los seis años le harán un injerto de hueso para convertir sus encías en una pieza sólida.
El camino que le espera al pequeño Cam es largo, pero cuenta con el amor incondicional de sus padres, que además se están volcando en difundir su caso en redes sociales para concienciar a la gente acerca de este tipo de malformaciones. Hoy, Cam es un bebé de seis meses tremendamente feliz, y con una sonrisa que enamora.
¿Qué son el paladar y labio superior hendidos?
El paladar hendido y el labio leporino (también llamado, labio superior hendido) son defectos congénitos que ocurren cuando el labio superior y el paladar no se desarrollan correctamente en los primeros meses de embarazo.
La fisura labial es una hendidura en el labio que puede ser pequeña o bien puede llegar hasta la base de la nariz, separando el labio en dos partes. Esta malformación se produce entre las semanas cuatro y siete de embarazo
Por su parte, la malformación del paladar sucede entre las semanas seis y nueve del embarazo, cuando el tejido que forma el paladar no se une completamente durante el embarazo. Y en su lugar, aparece una fisura que puede estar en el lado derecho y/o izquierdo, y abarcar desde una pequeña parte hasta el paladar entero.
Las causas exactas de estas malformaciones no se conocen exactamente. Se sabe que hay un componente genético, pero también puede suceder por alguna enfermedad durante el embarazo, diabetes antes de gestación, síndromes o anomalías congénitas, o por consumo de drogas, determinados medicamentos, tabaco o alcohol.
Por lo general estos problemas suelen diagnosticarse durante el embarazo mediante una ecografía rutinaria, aunque también pueden darse casos, como el de Cam, que se diagnostiquen al nacer. Ante el miedo y el desconocimiento que provoca esta malformación, algunos padres deciden poner fin al embarazo cuando se enteran de que su bebé nacerá con hendidura palatina y labial. No en vano, en países como Reino Unido, los abortos se han triplicado en los últimos cinco años al detectarse esta condición.
El pronóstico, en general, es bueno: la mayoría de bebés estarán bien, sin más diferencia con el resto que la cicatriz que pueda quedar tras una intervención que se suele realizar entre las seis semanas de vida y los nueve meses. Si también hay fisura palatina, como es el caso del pequeño Cam, puede ser necesaria otra intervención más adelante, porque durante el primer año se va cerrando solo.
Prevenir al 100% esta condición no es posible, puesto que pueden intervenir varios factores. Pero podemos ayudar a evitarlo llevando unos hábitos de vida saludables durante el embarazo, cuidando nuestra alimentación y tomando ácido fólico en el momento en que se planee el embarazo, pues ayudar a prevenir defectos congénitos.
Foto de portada | iStock
Fotografías e historia | reproducidas con autorización