La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha autorizado la semana pasada el uso de la vacuna de Pfizer (Comirnaty) contra la Covid-19 en niños de 5 a 11 años.
Es un preparado con una dosis inferior a la utilizada en mayores de 12 años, y los datos sobre su seguridad y eficacia son positivos. Actualmente, los niños son el grupo de mayor incidencia en nuestro país y sumado a llegada de la nueva variante ómicron, los padres se preguntan si deberían vacunar o no a sus hijos.
Las cinco razones de los pediatras para recomendar la vacunación en niños
El Comité de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría ha publicado un documento de posicionamiento en el que recomienda la vacunación de todos los niños de este grupo de edad en base a los siguientes puntos:
- 1) Contemplar el derecho del niño a su protección individual frente a esta enfermedad que aunque en general en estas edades es leve, puede complicarse en ocasiones.
- 2) Conseguir y mantener espacios educativos seguros, que permitan la normalización de la escolarización y las relaciones interpersonales de los niños, con el consiguiente bienestar psicoemocional.
- 3) Lograr la inmunidad de grupo o de rebaño.
- 4) Disminuir la circulación del SARS-COV-2 y la aparición de nuevas variantes.
- 5) No privar a la población infantil del beneficio que aporta la vacunación, del que ya gozan los mayores de 12 años (aunque los objetivos en términos de salud sean diferentes).
Frecuencia de infecciones y de transmisión en niños
La AEP señala que no se conoce con exactitud qué porcentaje del total de las infecciones por SARS-CoV-2 en la comunidad corresponde a los niños, dado que hasta un 50% de los casos pueden ser asintomáticos.
Hasta ahora, los niños no han sido el grupo que más ha influido en el comportamiento comunitario de la infección por SARS-CoV-2, toda vez que parecen infectarse y transmitir la enfermedad en menor grado que los adultos.
Dentro de los niños, tanto la transmisibilidad de la infección como la posibilidad de infectarse son más bajas en los niños más pequeños que en los adultos y adolescentes. Sin embargo, es posible que estas diferencias se deban a las diferentes conductas en ambos grupos (actividades más domiciliarias y al aire libre en los niños más pequeños versus actividades más grupales y con mayor riesgo de exposición en los adolescentes).
De hecho, en los estudios llevados a cabo en ambientes domiciliarios, donde las condiciones son comunes para todos los miembros familiares, la frecuencia de transmisión en los niños más pequeños es similar a la de los niños mayores.
En ese mismo escenario, los niños más pequeños se infectan en una proporción pareja a la de los adultos. Esto significa que en las circunstancias actuales, en la que los niños representan una proporción sustancial de la población no vacunada, la infección pueda desplazarse hacia ellos y puedan llegar a constituirse en un eslabón fundamental para la circulación de SARS-CoV-2.
Gravedad de la enfermedad en población infantil
En cuanto a la gravedad de la enfermedad en niños, la AEP afirma que "es mucho menor en los niños que en los adultos y la letalidad extraordinariamente baja".
En España, la tasa de hospitalizaciones en los niños es 4-6 por mil infectados, la de ingresos en UCIP 3-4/10 000 y una letalidad extraordinariamente baja, de 2- 4/100 000.
Con todo, y teniendo en cuenta que un gran número de niños ha adquirido la infección desde el inicio de la pandemia, se han producido, en nuestro país, al menos, 6000 hospitalizaciones, 300 ingresos en UCIP y 37 fallecimientos por COVID-19, la mitad de ellos en menores de 10 años.
Una vez que la vacuna esté aprobada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el CAV de la AEP recomienda la vacunación de todos los niños de este grupo de edad, siguiendo las estrategias marcadas por el Ministerio de Sanidad, y por las mismas razones expuestas más arriba para los niños de 12 a 18 años.
Es necesario, además, tener en cuenta que actualmente la incidencia acumulada de infecciones por SARS-CoV-2 es más alta en los niños menores de 11 años que en cualquier otro grupo de edad.
La AEP concluye que considerando que la ocurrencia de la miocarditis asociada a las vacunas de ARNm disminuye con la edad de los niños, y teniendo en cuenta la menor cantidad de ARNm en el preparado para niños, es muy probable que el riesgo de esta complicación sea mucho menor que tras la vacunación de adolescentes y adultos jóvenes, mejorando así el balance beneficio/riesgo de la vacunación en niños de 5-11 años.