En los últimos días hemos oído hablar en diversos medios sobre la E.Coli a raíz del problema con los pepinos españoles, culpados y luego absueltos de ser el origen del brote extendido en Alemania. Pero, ¿qué es la E.Coli y cómo podemos prevenir el contagio en niños?
La conocida como E. Coli es una bacteria llamada Escherichia Coli que vive normalmente en los intestinos de los animales y las personas. Es bacteria fecal que en principio es inofensiva para el organismo e incluso constituye una parte esencial de la flora bacteriana humana, sin embargo hay una variedad de cepa que no es inocua y puede provocar graves enfermedades.
Aunque en España no se ha registrado ningún caso (salvo el de una persona que había viajado a Alemania), al ser los niños pequeños son una población de riesgo, es preferible extremar al máximo las precauciones de higiene para evitar el contagio de esta y de cualquier otro tipo de bacteria.
Cómo se transmite la E. Coli
La bacteria suele proceder de heces contaminadas, de aguas fecales de animales, o bien se pueden encontrar accidentalmente en el empaquetado de la carne si no se realiza adecuadamente.
Puede alojarse en la ubre de la vaca (de ahí la recomendación de no beber leche directamente del animal) y los vegetales también pueden contagiarse con esta toxina por contacto con la superficie de la planta.
Síntomas de la infección por E. Coli
Los síntomas aparecen siete días después de infectarse. Se presenta un fuerte cólico abdominal y a las pocas horas una hemorragia interna, que se manifiesta en una diarrea con sangre que puede durar de 2 a 5 días.
También puede haber fiebre leve, deshidratación, náuseas y vomitos. Normalmente el cuadro queda en estos síntomas y la persona se recupera.
Sin embargo, si la infección gastrointestinal se complica puede llevar a un deterioro renal crónico e incluso la muerte. Los niños y las personas mayores son las que tienen un riesgo alto de sufrir estas complicaciones.
Cómo prevenir el contagio por E. Coli
Lavar muy bien las hortalizas y vegetales, preferentemente con lejía.
Consumir los vegetales y hortalizas sin piel, o hervirlos al menos durante un minuto.
Lavarse las manos con frecuencia, especialmente después de ir al baño.
Cocinar la carne a más de 70 grados; evitar la carne cruda o poco hecha.
Lavar con agua caliente y jabón las superficies que se usan para cocinar, platos y utensilios, después de haber estado en contacto con carne cruda y vegetales.
En el caso de personas que estén en contacto con varios bebés como profesores o cuidadores, lavarse bien las manos después de cada cambio de pañal, ya que puede transmitir la bacteria de un niño a otro.
Consumir sólo leche pasteurizada y agua de una fuente segura.
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