La higiene bucal de los niños es una rutina que hay que inculcarles desde bebés, primero con nuestra ayuda y más tarde ellos solos, con nuestra supervisión. Sabemos que las cremas dentales para los más pequeños son diferentes a las nuestras, con bajo contenido el flúor.
Pero qué pasa con los colutorios. ¿También deben usarlos o no son necesarios? Preguntamos a los expertos.
Aunque ellos sean quienes manejen el cepillo, no han de lavarse los dientes solos sino bajo nuestra supervisión y con nuestra ayuda, por lo menos hasta los siete años. Y lo mismo ocurre con el resto de la higiene bucal.
Según Jorge Ferrús, implantólogo y periodoncista, cofundador de la Clínica Dental Ferrus & Bratos de Madrid, “los enjuagues bucales son una manera muy eficaz de contribuir a la higiene bucal diaria”.
Señala el experto que "a esta edad ya ha comenzado la dentición mixta; es decir, hay dientes de leche, pero han empezado a salir los definitivos". De hecho, antes de esta edad los enjuagues bucales están desaconsejados por la Asociación Española de Pediatría (AEP), pues es complicado lograr que los niños no se traguen parte del colutorio, con el riesgo de fluorosis que ello conlleva.
Los enjuagues bucales previenen las caries
Jorge Ferrús explica que es habitual que los odontopediatras aconsejen el uso de un colutorio infantil a niños especialmente proclives a la formación de caries o a padecer enfermedades periodontales.
"Es decir, si consideran que un paciente está en situación de riesgo, son susceptibles de utilizar enjuagues bucales tras el cepillado".
"Durante las horas de sueño hay una menor secreción de saliva. Al tener la boca más seca, las caries se generan con mayor facilidad, por lo que el colutorio resulta más efectivo mientras dormimos".
Añade que realizar enjuagues bucales es un hábito especialmente bueno en niños que tienen brackets, ya que estos dificultan la higiene diaria, o si consumen muy a menudo alimentos o bebidas azucaradas.
Al margen de estas consideraciones generales, conviene recordar, explica el odontólogo, que "es siempre el dentista quien pauta el colutorio más indicado y la frecuencia de uso".
En cuanto a la pasta de dientes, también hay que optar por una infantil: entre los seis meses y los dos años, la AEP recomienda el cepillado dos veces al día con una pasta de dientes con 500ppm de flúor mientras que a partir de los dos años ya se puede usar una pasta con 1000 ppm. de flúor.
Rutina para enjuagarse la boca
El cepillado de los dientes no es suficiente para mantener una buena higiene bucodental. Para complementarla, es necesario sumarle el hilo dental, un enjuague bucal diario y adoptar una nueva rutina que ayude a eliminar las bacterias dañinas.
La lengua, las paredes internas de la boca, la línea de las encías, los espacios entre los dientes… No hay ningún cepillo capaz de llegar también a estas zonas, tenga la forma que tenga. El uso del enjuague bucal dos veces al día ayuda a mantener sanos los dientes y las encías, incluso en los rincones más inaccesibles. Además, previene y reduce la placa dental, una de las causas de la aparición de problemas en las encías, y refuerza el esmalte de los dientes.
Así lo explica el fabricante de productos dentales Listerine que nos da algunos trucos para enseñar a nuestros hijos a enjuagarse la boca:
Echa 10 mililitros (2 cucharadas) de enjuague bucal en el vaso.
indica al niño que lo vierta en la boca sin tragarlo.
Anímales a enjuagarse durante 60 segundos para limpiar completamente la boca: prueba a contar hasta 60 en voz alta mientras el niño se enjuaga o conviértelo en un juego con un cronómetro o cantando una canción) y dile que lo escupa.
Prémiale con una estrella dorada, una pegatina o cualquier otra cosa apropiada por haberse limpiado tan bien la boca.
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