Hoy, 15 de octubre se celebra el Día Mundial del Lavado de manos, un gesto al que no le damos toda la importancia que tiene. Este simple gesto previene hasta 200 enfermedades habituales entre los más pequeños y ayuda a salvar vidas.
Cada año mueren 1,4 millones de niños por enfermedades evitables ligadas a la falta de agua potable y saneamiento como la neumonía y la diarrea, una cifra que se podría reducir con una solución muy sencilla: lavarse las manos. El tema de este año es "Nuestro futuro está a la mano: avancemos juntos", que pretende concienciar de la importancia de esta práctica efectiva y económica con grandes beneficios para la salud.
A través de las manos llegan al organismo muchos virus y bacterias que pululan en nuestro medio. Especialmente en el caso de los niños que van al cole o a la guardería, las posibilidades de contagio se multiplican. Tocan a otros niños, comparten juguetes, tocan superficies infectadas... por eso es muy importante que se laven las manos con frecuencia y de forma correcta.
El lavado de manos ayuda a prevenir más de 200 enfermedades
Algunas de las enfermedades que se pueden prevenir son las infecciones respiratorias, como la gripe común o gripe A, neumonía, tosferina y bronquiolitis; patologías de transmisión feco-oral, como la cólera, diarrea y hepatitis A y E; así como la gastroenteritis, gastritis, neumococo, enfermedad mano-pie-boca o lombrices intestinales.
Y por supuesto, la pandemia de Covid nos enseñó que el lavado de manos es una medida esencial para prevenir su contagio.
Cuándo lavarse las manos
- Antes de comer.
- Antes de cocinar o manipular alimentos.
- Después de ir al baño.
- Después de cambiar el pañal.
- Después de toser, estornudar, sonarse la nariz...
- Después de visitar o cuidar enfermos.
- Antes de tocar a un bebé.
- Después de hacer limpieza si se ha manipulado sustancias químicas.
- Después de jugar con mascotas.
- Después de fumar.
- Después de tirar la basura.
Cómo debe ser un buen lavado de manos
La mayoría de las personas suelen pensar que los gérmenes se propagan a través del aire, pero lo cierto es que se propagan con mayor facilidad a través del contacto con las manos. Lavarse las manos es un hábito que hacemos a diario, pero ¿lo hacemos bien?.
Cuando hablamos de niños, debemos facilitarles las cosas, colocando una escalera o un taburete para que puedan alcanzar el lavabo y abrir el grifo. Es preferible comprarles un jabón líquido con dispensador para que puedan colocar un par de gotitas en la palma de la mano. Idealmente, dispensador desechable, y cuidado con los dispensadores en sitios públicos, pues pueden alojar bacterias.
El lavado debe durar entre 40 y 60 segundos. Primero deben mojarse las manos, colocar dos gotitas de jabón y comenzar a frotarse las manos entre sí. No hay que olvidar limpiar la parte superior de la mano, entre los dedos, el dedo gordo de ambas manos haciendo un movimiento de rotación. Si hay suciedad debajo de las uñas, hay que limpiarlas con un cepillo de uñas que sea blandito (hay unos especiales para niños).
Una vez que estén bien enjabonadas hay que enjuagar bien las manos para retirar los restos de suciedad y células muertas. Luego secar bien con toalla, o si está fuera de casa, preferiblemente con toalla de papel de un sólo uso.
Una opción para cuando estamos fuera de casa son los geles hidroalcohólicos desinfectantes. Limpian las manos sin necesidad de agua y jabón, protegiéndolas de transmisiones.
En Bebés y más | El experimento viral de una profesora que nos muestra la importancia de enseñar a los niños a lavarse las manos adecuadamente