Es la época de las caídas, por mucho cuidado que se tenga, suele suceder que el niño reciba un golpe. Un golpe en la cabeza siempre debe ser atendido y vigilado.
Para los pequeños golpes en la cabeza, lo mejor es aplicar hielo envuelto en un pañuelo o comprensas de agua fría sobre la zona durante unos minutos, haciendo pequeños descansos.
Si el golpe es más severo, se debe acudir a un servicio médico para que sea valorado por un profesional. En caso de que el niño sea enviado a casa, hay que estar alerta durante las 24 horas siguientes y estar atentos a los signos de alarma: * Que pierda la conciencia: comprobar su nivel de conciencia cada 2 o tres horas. Durante la noche si el niño duerme hay que despertarle para ver si está bien.
Comportamiento inusual: observar si el niño está muy irritable o demasiado somnoliento.
Movimientos anormales: observar si aparecen movimientos extraños, descoordinación en los movimientos de pies o brazos.
Ojos: observar si tiene alguna desviación en la mirada o sus pupilas están de tamaño desigual.
Si presenta dolor de cabeza, vómitos, pérdida de sangre (o de un líquido claro) por la nariz o el oído u otros de los síntomas descritos es necesario acudir urgentemente a un centro hospitalario.
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