Después de la infancia, y más concretamente los primeros cuatro años de vida (siendo el primer año el más vulnerable), la adolescencia es la segunda etapa de la vida en la que la meningitis tiene mayor incidencia, debido a los hábitos sociales propios de los chicos en este periodo.
De hecho, el 18 por ciento de los casos de la enfermedad meningocócica se presenta en adolescentes y adultos jóvenes, y uno de cada cuatro jóvenes de 19 años de edad es portador de la bacteria del meningococo sin presentar síntomas. Esto convierte a los adolescentes en uno de los principales grupos de riesgo a vacunar.
El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría aconseja proteger a los adolescentes de entre 14 y 18 años con la vacuna antineumocócica ACWY, que cubre cuatro serotipos de la meningitis.
La mayoría de los casos, la enfermedad meningocócica, está causada por la bacteria neisseria meningitidis tipo C y tipo B (al menos en España). Contra el tipo C todos los niños reciben la vacuna de forma gratuita según calendario a los cuatro meses de vida, a los 12 meses y a los 12 años, mientras que contra el tipo B existe la vacuna Bexsero B no financiada, que los padres deben pagar.
En las recomendaciones que dió la AEPED en 2017 sobre su calendario de vacunas, sugiere que la vacuna de la meningitis C que se administra en la adolescencia, entre los 12 y los 14 años, se sustituya por una dosis de la vacuna conjugada MenACWY (vacuna Nimenrix).
Mientras que la Bexsero, contra la meningitis B, se puede administrar en cualquier momento. Son dos dosis que a partir de los 11 años se recomiendan aplicar con un intervalo mínimo de un mes.
Por su parte, los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) también coinciden en las mismas recomendaciones sobre las vacunas antimeningocócicas para preadolescentes y adolescentes.
Recomienda que todos los niños de 11 a 12 años reciban una dosis única de la vacuna antimeningocócica conjugada, y también aconseja una dosis de refuerzo a los 16 años.
Y añade a la recomendación: los adolescentes y adultos jóvenes (de 16 a 23 años) también pueden recibir una vacuna antimeningocócica del serogrupo B, preferiblemente entre los 16 y 18 años de edad. Se necesitan múltiples dosis de la vacuna antimeningocócica del serogrupo B y se debe usar la misma marca para todas las dosis. Hable con el médico de su hijo adolescente si le interesa que le pongan la vacuna antimeningocócica del serogrupo B.
Recordemos que los CDC son de EEUU y que ellos recomiendan dosis de recuerdo porque ahí sí hay incidencia de los serogrupos de las vacunas. En España apenas hay casos de A, W e Y, pero se recomienda la vacuna porque ya que la tenemos, y teniendo en cuenta que los adolescentes viajan, mejor protegerlos.
Enfermedad meningocócica, ¿qué es?
La meningitis es una enfermedad muy contagiosa y aunque es muy poco frecuente, cuando aparece de forma súbita y puede llegar a causar la muerte en pocas horas. Consiste en la inflamación de las meninges, que son unas membranas que cubren todo el sistema nervioso central (cerebro y la médula espinal) y del líquido cefalorraquídeo que contienen.
Según la AEP, la meningitis afecta a entre 400 y 600 personas cada año, un 10 por ciento con consecuencias fatales, y alrededor del 30% queda con secuelas neurológicas. La única forma de prevenirla es administrando la vacuna.
Síntomas de meningitis
Los síntomas más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza, nauseas y vómitos. Se puede acompañar de agitación, obnubilación y disminución del nivel de conciencia y de aparición de crisis epilépticas y otros signos de afectación cerebral. El dato más destacable en la exploración física es la rigidez a la flexión del cuello o rigidez de nuca.
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