Los avances médicos no dejan de sorprendernos y cuando salvan vidas de niños aún nos tocan más al corazón. En este caso, además, es un regalo muy merecido para la pequeña Sonsoles y sus padres, que ya supieron durante el embarazo que su hija iba a nacer con síndrome de Down y con una cardiopatía congénita muy grave que afectaría a su vida después del nacimiento y decidieron seguir adelante.
Cuatro meses después, los especialistas de la Unidad de Cardiocirugía Infantil del Hospital La Salud de Valencia han reconstruido su corazón por completo. La bebé está ya en casa.
Una gran luchadora, como sus padres
Sonsoles mostró desde que nació una gran dificultad respiratoria. Además, rechazaba las tomas con la consecuente falta de ganancia de peso, y sudaba mucho. Es decir, “presentaba todos los rasgos típicos de una cardiopatía congénita llamada Canal Auriculoventricular (AV) común completo que, si no se corregía, hubiera sido incompatible con la vida a los pocos meses”.
Así explican los cardiólogos de La Salud la enfermedad de la pequeña, con la que nacen 4.000 niños cada año. Según los expertos, es fundamental la detección temprana de estas malformaciones del corazón o de los grandes vasos sanguíneos durante el embarazo a través del diagnóstico prenatal. En caso de detectarla será necesario hacer un seguimiento intrauterino del feto y recibir una atención específica durante el parto.
Por eso, sus padres, Sonsoles y Jaime empezaron desde el primer momento a buscar la mejor opción para el tratamiento de su hija y parece que ha funcionado porque la bebé ya está en casa con sus padres y, según sus médicos, aparte de las revisiones periódicas, podrá llevar una vida normal.
La cirugía se realizó con circulación extracorpórea e hipotermia profunda a 25 grados, "una operación tremendamente delicada para un adulto, pero más para un bebé, en la que un mal resultado significa la no supervivencia”.
Pero todo salió bien e incluso el post operatorio fue mejor de lo que se esperaban, según sus padres por el buen hacer de los especialistas sino también por la valentía y fuerza de su pequeña.
Y todo esto teniendo en cuenta la delicada salud de la bebé que, en el momento de la operación, con cuatro meses de vida, pesaba solo 4,1 kg porque le costaba comer. Sin embargo, soportó muy bien la cirugía y 36 horas más tarde ya comenzó a alimentarse.
Sin duda, una noticia feliz que merece toda nuestra atención en un momento en que las malas cifras de contagios por coronavirus acaparan toda la atención.
Vía y foto | Hospital La Salud de Valencia
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