Un dispositivo desarrollado por oftalmólogos de la Universidad de Zaragoza permite saber cómo ven los bebés

El 80 por ciento de la información que reciben los bebés del exterior le llega a través de sus ojos. De ahí la importancia de saber si el niño ve bien a través de revisiones periódicas para optar por el mejor tratamiento lo antes posible.

El problema está en la dificultad que entraña el análisis preciso de la visión de un menor de cuatro años, cuando aún no son capaces de colaborar en los estudios. ¡Hasta ahora!

Para eliminar esta barrera, un grupo de oftalmólogos, ópticos e ingenieros de la Universidad de Zaragoza, han creado un dispositivo que, situado frente a los ojos, revela cómo ven los bebés sin que ellos colaboren en la revisión oftalmológica.

¿Cómo se estudia la visión de los niños?

En una pantalla táctil de alta resolución empiezan a aparecer dibujos animados, imágenes como de videojuego. Este novedoso dispositivo, provisto de 'eye tracking', sigue la mirada, el recorrido que esta hace, los lugares exactos donde se posa. Según donde mira o no mira el niño o si no desvía la mirada hacia los estímulos deliberados, se ve si tiene o no algún problema de visión.

En resumen: es como un ordenador pequeño y funciona a base de estímulos visuales y algoritmos que analizan la respuesta del menor a dichos estímulos.

El diagnóstico precoz es vital. Todas las patologías asociadas a problemas de baja visión dejan secuelas menores si se detectan antes de los tres o cuatro años de edad.

Así lo expica en el diario Heraldo la doctora Victoria Pueyo, oftalmóloga del Hospital Materno Infantil Miguel Servet de Zaragoza, donde ya se usa esta tecnología.

Además, añade que el abanico de posibilidades es muy amplio:

“Si en una niña con daño cerebral somos capaces de detectar zonas del campo visual que no ve, vamos a poder programar mejor su rehabilitación. Hay más. Démosle la vuelta a este caso y pensemos en una visión deficiente que alerte precozmente de un posible daño cerebral”.

También puede ser útil para detectar a los niños daltónicos de manera precoz y así poder abordar el problema que supone para el aprendizaje “importante si tenemos en cuenta que en educación preescolar se trabaja mucho con colores”, señala la doctora Pueyo.

Sus desarrolladores señalan que este nuevo dispositivo supone un

“Adiós a las palas con rayas con que, aún hoy, se intenta medir la visión de los pequeños, con resultados muy imprecisos a pesar de la gran experiencia de los oftalmólogos que lo hacen”.

Y adelantan que el próximo año podrá utilizarse en otros centros sanitarios que ya han demostrado su interés.

¿Cómo evoluciona la visión de los niños?

La mayor parte de la información que recibe un bebé del exterior le llega a través de sus ojos. Sin embargo, la visión es el sentido menos desarrollado en el recién nacido. Requiere un proceso de adaptación y aprendizaje.

Y es que la visión del bebé nada más nacer es muy limitada: solo ve en blanco y negro, apenas percibe los contornos de las cosas y no aprecia con detalle los contrastes de luces y sombras. Eso sí: la distancia a la que mejor enfoca es a 20-30 cm de sus ojos, justo la distancia que le separa del pecho de mamá cuando le estrecha coge en brazos para alimentarle. ¡Qué bien programado llega!

Pero su vista evoluciona muy rápido y en seis meses ya será capaz de distinguir todos los colores, será capaz de enfocar hasta 40 centímetros y un campo de visión ya total, que le facilitará el conocimiento de todo lo que le rodea. Puedes ampliar la información en ¿Cuánto ve el recién nacido?

A los 12 meses, la vista de tu bebé es tan clara y nítida como la que tendrá de adulto. Puede entender la diferencia entre objetos cercanos y lejanos y reconoce a las personas que conoce que se acercan en la distancia.

¿Cuándo hay que revisar su vista?

Su primer cumpleaños es un buen momento para su primera revisión oftalmológica. La detección y el diagnóstico precoz de algunas anomalías visuales es crucial para prevenir futuros desórdenes en el aprendizaje. De ahí la importancia de un examen visual completo.

Así lo señala la Asociación Americana de Pediatría que advierte de que:

“Aunque la visión de cada niño se desarrolla a su propio ritmo, el patrón general de desarrollo es el mismo. Como la visión de un bebé se desarrolla rápidamente durante el primer año de vida, el médico de su hijo debe examinar los ojos del bebé en cada visita de control".

Y amplia señalando que incluso “después del primer año, los exámenes oftalmológicos periódicos realizados por el médico del niño son importantes para identificar problemas que puedan surgir más adelante en la infancia”.

De acuerdo con estas consideraciones, y teniendo en cuenta que el 80 por ciento de lo que el niño aprende entra por sus ojos, son importantes estas revisiones oftalmológicas:

  • Una primera al año o al menos antes de los 3 años (previa al inicio de la Educación Infantil).

  • A los 3-4 años: Revisión obligatoria sobre todo si los padres llevan gafas. Se pueden detectar defectos de refracción y ojo vago poniendo un tratamiento eficaz.

  • A los 6 años (inicio de la Educación Primaria). Consiste en una evaluación completa que, además de la agudeza visual, valore si la visión del niño está preparada para afrontar con éxito la escolarización.

  • Cada año hasta los 14 años, dependiendo si existe o no defectos de refracción.

  • Cada dos años hasta la mayoría de edad.

Pero puedes pedir cita con el especialista antes del año o en cualquier momento, según la Academia Americana de Pediatría si tu hijo:

  • No es capaz de mover uno de los dos ojos en ambas direcciones.

  • Muestra los ojos enrojecidos, llorosos o con lagañas.

  • No parpadea ante los cambios de luz.

  • No sigue los objetos con la mirada, cumplidos los tres meses.

  • Continúa bizqueando con seis meses.

  • Presenta los párpados caídos.

  • Tiene unos ojos muy sensibles a la luz.

  • Muestra unos ojos que se mueven rápidamente de un lado al otro o de arriba abajo.

Solo una última advertencia. Recuerda que si el cuidado de los ojos es crucial a lo largo de la vida, en la infancia cobra aún más importancia.

Las revisiones oculares son la mejor prevención para asegurar que a tu hijo el mundo y la vida le entre por los ojos. Porque como asegura la pediatra Lucía Galán: “Ningún niño es demasiado pequeño para ser valorado y examinado por un oftalmólogo infantil”.

Fotos iStock

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