Trastornos del sueño en niños: estas son las alteraciones más frecuentes a la hora de dormir

Puede que mi hijo tenga problemas para dormir, que se levante sonámbulo, que se despierte varias veces durante la noche… Pero, ni para todas las familias o niños determinadas actitudes durante el sueño suponen un inconveniente ni es fácil determinar cuándo existe un verdadero trastorno del sueño en un niño.

Según la Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos del Sueño en la Infancia y Adolescencia en Atención Primaria, la prevalencia de los trastornos del sueño varía en función de la definición utilizada y del tipo de problema que se estudie. Pero la definición de los trastornos del sueño en la infancia es complicada.

¿Problemas de sueño o trastornos del sueño?

Cierto es que a menudo existen problemas del sueño en lugar de verdaderos trastornos del sueño. Los problemas del sueño son patrones de sueño que son insatisfactorios para los padres, el niño o para el pediatra (porque por poseer más información, por ejemplo, detecte algo problemático que para los padres pasa desapercibido).

Estos problemas pueden estar relacionados con el bienestar del niño o de la familia; pero no todos los problemas del sueño son anormalidades ni todos precisan tratamiento. Un “inconveniente” puede ser solo para los padres y no para el niño y el mismo inconveniente puede ser problemático para unas familias y no para otras.

Por el contrario, el trastorno del sueño se define como una alteración real, no una variación crónica, de una función fisiológica que controla el sueño y opera durante el mismo. Pero hemos de tener en cuenta también que las diferencias entre lo “normal” y lo “anormal” muchas veces son definidas según la edad y no según el patrón de sueño.

Los mismos síntomas pueden tener significados muy distinto según la edad del niño, por ejemplo que un bebé se despierte muchas veces por la noche es normal (y saludable) pero que lo haga un niño en edad escolar puede afectar negativamente a su salud.

Se calcula que aproximadamente el 30 por ciento de los niños menores de cinco años presentan alteraciones crónicas del sueño de diverso orden.

Lo que sí se puede afirmar es que si un niño presenta determinados problemas del sueño de pequeños, estos suelen ser estables a lo largo de la infancia.

Según demuestran distintos estudios, un niño con dificultades del sueño a los ocho meses probablemente continuará mostrando dificultades a los tres años de edad y aquellos con problemas a los dos años, continuarán a los 12 años de edad (aunque no sabemos si se trata de los mismos problemas u otros relacionados con el sueño).

Trastornos del sueño más frecuentes en niños

Según la clasificación de la Asociación Española de Pediatría es preciso conocer que los trastornos del sueño en el niño son diferentes a los del adulto en frecuencia, causas y consecuencias. Estos son los trastornos del sueño más frecuentes  en niños. ¿Sufre tu hijo alguno de ellos?

  • Narcolepsia: se caracteriza por somnolencia y episodios incoercibles de sueño de aparición súbita. Asocia cataplexia (pérdida súbita y bilateral del tono muscular en situaciones emocionales intensas) y otros fenómenos de sueño REM, como las alucinaciones hipnagógicas o la parálisis del sueño. Se diagnostica con el test de latencias múltiples.
  • Síndrome de apneas obstructivas del sueño (SAOS): episodios repetidos de obstrucción de vías respiratorias superiores, generalmente acompañados de desaturación de oxígeno sanguíneo. El diagnóstico de certeza se realiza con polisomnografía.
  • Síndrome de movimientos periódicos de las piernas o síndrome de piernas inquietas: episodios periódicos de movimientos estereotipados de las extremidades, generalmente las piernas, que ocurren durante el sueño.
  • Trastorno ambiental del sueño: alteración del sueño producida por un factor del entorno (ruido, luz, temperatura) que lo impide o dificulta.
  • Trastorno de las asociaciones al inicio del sueño: se produce cuando el sueño se altera por la ausencia de un objeto de apego o circunstancias que el niño asocia con el inicio del sueño.
  • Retraso de fase de inicio del sueño: trastorno del ritmo circadiano del sueño con incapacidad de conciliarlo a horas convencionales, lográndolo más tarde, con dificultad para despertarse a las horas convencionales.
  • Despertares confusionales: estado de confusión, con desorientación temporo-espacial al despertar, generalmente de sueño profundo, en la primera mitad de la noche. Ocurren en casi todos los niños menores de 5 años y el curso es generalmente benigno.
  • Sonambulismo: conducta compleja que incluye generalmente caminar, que se inicia durante el sueño lento, por lo que es más frecuente en el primer tercio de la noche. Es más prevalente entre los 4- 8 años y el curso suele ser benigno.
  • Terrores nocturnos: despertar brusco que se produce desde fases 3 ó 4 de sueño lento acompañado de grito y síntomas vegetativos y conductuales de miedo intenso. Suelen ocurrir en el primer tercio del sueño nocturno y la persona no recuerda el episodio.
  • Movimientos rítmicos del sueño: conjunto de conductas estereotipadas con movimientos repetitivos de tronco, cuello, cabeza que ocurren inmediatamente antes de iniciar el sueño y se mantienen durante el sueño ligero. Es frecuente en lactantes y niños hasta el 2º-3er año de vida, pero puede persistir hasta la edad adulta en algunos casos.
  • Somniloquia: emisión de palabras o sonidos durante el sueño sin conciencia subjetiva del evento.
  • Pesadillas: Sueños que producen sensación de miedo al sujeto que los padece y que generalmente lo despiertan desde sueño REM, por lo que son más frecuentes en la 2ª mitad del sueño nocturno.
  • Enuresis: micción involuntaria recurrente durante el sueño que persiste más allá de una edad en a que hay madurez para controlarlo (5 años), en ausencia de otra trastorno urológico, médico o mental que lo justifique.
  • Mioclonías del sueño: contracciones sincrónicas de las extremidades o del tronco que ocurren durante el sueño tranquilo en neonatos.
  • Insomnio, cuando el niño presenta dificultades para el inicio o el mantenimiento del sueño y que puede ser debido a distintos factores.
  • Somnolencia diurna excesiva o hipersomnia.
  • Trastornos del ritmo circadiano: cuando la cantidad y calidad del sueño son normales, pero ocurren en un momento incorrecto de acuerdo con los horarios "habituales" (es poco frecuente en niños y más en adolescentes).

Otros problemas a la hora del sueño pueden ser normales para la edad del niño, pero si te preocupa lo que le está pasando (si se repite durante varias noches) o piensas que afecta a la salud del niño, consulta al pediatra.

Tampoco es bueno para la familia que nos quedemos con la duda de si nuestro hijo sufre un trastorno del sueño o no, y en este tema hay muchos “mitos” populares y consejos que dan a veces sin pedirlos que pueden llevarnos a confusión y, lo peor, a que el niño lo pase peor.

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