Un buen descanso cada noche, en el que durmamos la cantidad de horas recomendadas, es esencial tanto para recuperar energía, para que nuestro cuerpo funcione adecuadamente y para ayudar a reducir el riesgo de ciertas enfermedades y complicaciones de salud.
Sin embargo, por una u otra razón, hay ocasiones en las que no nos es posible lograr dormir toda la noche, o al menos no logramos hacerlo del tirón.
Curiosamente, a muchas personas nos pasa que todas las noches nos despertamos a la misma hora: las tres o cuatro de la mañana. ¿Por qué sucede esto? La ciencia nos da una respuesta.
El sueño humano no es uniforme
Lo primero que habremos de entender y recordar es que el sueño, tanto el de nosotros los humanos como el de algunos animales, no consiste en un patrón único, sino que consta de diferentes ciclos o fases en los que el tipo de sueño cambia.
Todos los adultos pasamos por cinco fases de sueño: cuatro subfases de sueño No REM (movimiento ocular no rápido) que van aumentando del sueño ligero al sueño profundo, y posteriormente una fase REM (movimiento ocular rápido), un tipo de sueño muy ligero.
Así, cada noche se pasa por las distintas fases del sueño en forma de ciclo, de la subfase 1 de la fase No REM a la fase REM, y luego el ciclo vuelve a comenzar con la subfase 1, con pequeños periodos de sueño ligero entre cada uno.
Cada ciclo tiene una duración de 80 a 110 minutos y, por lo general, se atraviesan de 4 a 6 ciclos por noche, entre los que es posible que nos despertemos brevemente.
Por qué despiertas siempre a las tres o cuatro de la mañana
Habiendo entendido las fases del sueño, podemos entender de manera más simple por qué muchas personas nos despertamos a esta hora, a veces mucho tiempo antes de la hora en la que deberíamos o queríamos levantarnos por la mañana.
La respuesta más simple, es que para esa hora ya hemos completado los suficientes ciclos de sueño para sentirnos descansados. Por ejemplo, si hemos ido a la cama a las 10 u 11 de la noche y cada ciclo dura de 80 a 110 minutos, para las tres o cuatro de la mañana ya habremos pasado por dos o tres ciclos completos.
Por ello, cuando volvemos a pasar por uno de esos periodos de sueño ligero -y a diferencia del primer ciclo de sueño, en el que aún no hemos recuperado la energía suficiente- resulta más fácil despertarnos.
Ahora, hablando de razones específicas por las que esto sucede, encontramos varios motivos:
- Por necesidad. Es decir, porque necesitamos levantarnos al baño, porque nos ha dado frío o calor...
- Por algún estímulo externo. Cuando estamos en las fases de sueño profundo nos desconectamos de nuestro entorno, pero al estar en una de sueño ligero, cualquier molestia externa, como el ruido de una sirena o un perro ladrando, puede despertarnos.
- Por algún trastorno emocional. A veces la culpable de estos despertares es nuestra propia mente, ya que si nos sentimos estresados o con ansiedad, despertarnos y volver a conciliar el sueño puede volverse muy difícil: pensamos en las cosas que nos preocupan, en lo que tenemos pendiente, etc...
- Por algún trastorno del sueño. Finalmente, los despertares en la madrugada pueden ser síntoma de algún trastorno del sueño, como insomnio o apnea del sueño.
En los primeros dos casos hay algunas medidas que se pueden tomar al respecto, como no beber agua antes de dormir, ajustar la temperatura de la habitación a un nivel agradable, usar tapones para los oídos, no abrigarnos poco ni tampoco en exceso.
Pero si no hay motivo aparente y si ocurre con frecuencia o ha estado sucediendo por un tiempo, quizás se trate de las últimas dos, por lo que es recomendable consultar con el médico o especialista.
Foto de portada | Montaje propio con fotografías de cottonbro studio y Miguel Á. Padriñán en Pexels