En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la desconfianza en la seguridad y efectividad en la vacunación una de las principales amenazas a la salud global. De ahí que, aunque la mayoría confiamos en ellas como la mejor forma de protegernos a nosotros y nuestros hijos de peligrosas enfermedades, aún es necesario recordarlo, ya que en el mundo crece la desinformación sobre las vacunas y surgen brotes infecciosos en personas no vacunadas que podrían haberse prevenido.
Con esa finalidad la Asociación Española de Pediatría (AEP) lanza la campaña divulgativa #LasVacunasCumplen, con el fin de aportar información fiable sobre la necesidad de mantener las coberturas vacunales en los niños.
Razones para vacunarse
Las vacunas acaparan las conversaciones, más en tiempos de pandemia cuando la inmunización contra la Covid es nuestra mejor baza para vencer al virus. Por eso, es un buen momento para reforzar la confianza en ellas, más cuando ayer mismo la Universidad de Oxford suspendiera los ensayos en niños y adolescentes de su vacuna AstraZeneca contra el coronavirus hasta que la Agencia Europea del Medicamento confirme que no está relacionada con los casos recientes de trombosis.
La nueva campaña informativa de la AEP llega para recordarnos lo mucho que hemos avanzado desde que las vacunas llegaron a España en 1.800. No fue hasta los años 40 del siglo pasado que empezaron a llevarse a cabo campañas poblacionales para reducir alta mortalidad y discapacidad causadas por enfermedades infecciosas como la viruela, la poliomelitis, la difteria, el sarampión o la tos ferina. En 1975 se introdujo el primer calendario de vacunaciones sistematizado para la población infantil. Casi 50 años y varios calendarios después, algunas infecciones han podido ser erradicadas y otras están cerca.
Los pediatras señalan razones de peso por lo que hay que confiar en las vacunas:
Nos protegen de enfermedades peligrosas. Muchas de ellas son ahora poco frecuentes gracias al mantenimiento de las vacunaciones en toda la población.
Son medicamentos muy seguros, sometidos a estudios estrictos antes de comercializarse y siendo vigilados después de su comercialización para detectar posibles efectos adversos. Se administran por profesionales sanitarios y los efectos secundarios son leves.
Cuando nos vacunamos nos protegemos a nosotros mismos y a aquellos que no pueden y están más expuestos. De esta manera, creamos una barrera de personas inmunes que impide la circulación de los agentes infecciosos.
Preservar la salud pública es una tarea colectiva. Si dejamos de vacunarnos, estaremos indefensos frente a enfermedades graves, pudiendo aparecer brotes o epidemias de patologías hasta ahora controladas.
Decálogo para que "no te cuelen bulos sobre las vacunas"
La confianza en las vacunas varía ampliamente entre países y regiones del mundo. Mientras en algunos parece estar mejorando, en otros crece el escepticismo en su seguridad. Así lo asegura la AEP, que señala que la difusión de bulos sobre vacunas representa una amenaza para los programas de vacunación a nivel mundial, ya que al no vacunar a tu hijo pones en riesgo la salud de los demás.
Pero cada uno de nosotros podemos colaborar para pararlos. ¿Cómo? Recordar estas sencillas normas, promovidas por Maldita.es ("Periodismo para que no te la cuelen") antes de compartir algo sobre inmunización que te llegue a través de las redes sociales:
1.- Recibes algo que te huele raro. Las desinformaciones sobre vacunas suelen apelar al miedo y están relacionadas con sus componentes, efectos secundarios graves, muertes o colectivos vulnerables. ¿Ponen en duda que sean un avance para la salud pública? Entonces será falso. La realidad es que cada año las vacunas evitan 2,5 millones de muertes en todo el mundo.
2.- ¿Da algún dato o fuente? Comprueba si es cierto: los bulos de vacunas suelen aportar cifras manipuladas o infladas que no se corresponden con la realidad. También citan a supuestos médicos que no lo son o víctimas que no existen.
3.- Si tiene un enlace, léelo completo. No te quedes solo con el titular: algunas páginas web usan la técnica del clickbait, con titulares falsos para despertar asombro y conseguir clics. Pincha en el contenido y léelo hasta el final para comprobar si se corresponde con el titular.
4.- ¿No sabes de dónde procede? No lo compartas. Si es una imagen, un audio o un vídeo y no identificas su procedencia, necesitas más contexto para asegurarte de que es real.
5.- Desconfía. Aunque el contenido se refiera a supuestos médicos o personal sanitario: lo que importan son las evidencias.
6.- Si lo firma un autor y un medio, búscalo en Internet. Comprueba si lo han publicado más medios: las informaciones sobre vacunas que proceden de fuentes fiables se suelen publicar en más de un sitio.
7.- Consulta el chatbot de Whatsapp en español para verificar bulos, Maldita.es, elaborada en colaboración con COVIDWarriors (un grupo de ingenieros y empresas que han puesto sus conocimientos al servicio de soluciones durante esta crisis sanitaria).
Envía la foto, vídeo o palabras clave del contenido que te ha llegado al +34 644 229 319 y te contestarán en el acto.
8.- Si está desmentido, compártelo. Envíalo a las mismas personas o canales por los que te llegó y así ayudas a pararlo.
9.- Si no está desmentido, en Maldita.es trabajarán para averiguarlo.
10.- Recuerda... Si no estás seguro de la veracidad del contenido, no lo compartas.
Y si ún así después sigues teniendo dudas sobre las vacunas, los pediatras nos invitan a buscar las respuestas del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría.
Fotos | iStock
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