Entre las 6 y 8 semanas es cuando más lloran los bebés, pueden llorar un promedio de tres horas al día o más, pero sobre las 12 semanas, el llanto disminuye a una hora al día aproximadamente.
Tras el llanto del bebé siempre se halla una necesidad o un deseo de satisfacción y aunque no existe un método infalible para calmar el llanto del bebé, hay algunos trucos que pueden ayudar.
Lo primordial es descartar el dolor o la enfermedad, y una vez comprobadas y satisfechas sus necesidades básicas, puedes darle un paseo a un ritmo regular. También le alivia los movimientos o sonidos rítmicos, balancearle en la cuna o en los brazos. Todos los papás recurrimos al chupete cuando nuestro bebé llora, y es que realmente es un método que muchas veces funciona y logra calmar la necesidad del pequeño.
También son muy factibles los baños relajantes en agua templada, el aseo diario de tu bebé puede ser un momento ideal para calmarle.
Los recién nacidos tienden a estar en posición fetal y buscan la protección a su alrededor como cuando estaban en el útero materno. Puede ser motivo de su tranquilidad que le arropes con una sabanita o una manta cuidando de que pueda respirar correctamente.
Aunque como los brazos de mamá no hay nada, pegarlo a tu pecho para que vuelva a sentir los latidos de tu corazón, tu aliento, tu voz y tu calma, será un tranquilizador natural muy eficaz, pero si te sientes nerviosa porque tu bebé llora, no dudes en que sea papá u otro familiar el que le meza en sus brazos.
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