Cogerse una excedencia para cuidar del bebé: y que unas compañeras te animen y otras te critiquen
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Cogerse una excedencia para cuidar del bebé: y que unas compañeras te animen y otras te critiquen

Cuando el bebé nace todas las mujeres tienen el llamado "permiso de maternidad", cuya duración es variable según el país. En España tenemos 16 semanas, que es un tiempo del todo insuficiente si tenemos en cuenta que el bebé aún no ha cumplido cuatro meses, que sigue siendo muy pequeño y totalmente dependiente y que lo recomendable es que tome leche materna durante 6 meses de manera exclusiva.

Ante esta situación, son muchas las mujeres que valoran la posibilidad de cogerse una excedencia para cuidar del bebé. Las que lo hacen, las que al final lo llevan a cabo, se encuentran entonces con una situación un tanto sorprendente: algunas de sus compañeras se alegran por ellas y las animan y otras, aunque no lo digan abiertamente, las critican: "¿Es que se creen mejores madres por pasar más tiempo con sus bebés?".

Cómo funciona eso de cogerte una excedencia

Una vez agotado el permiso de maternidad, que muchas mujeres alargan con las horas de lactancia e incluso con los días de vacaciones que les quedaban por disfrutar, la mujer debe decidir si volver al trabajo y dejar al bebé al cuidado del papá (si es posible) o de una tercera persona. La lactancia materna exclusiva solo podrá mantenerse en caso de que se haya extraído la leche y esa, la del alimento, se convierte en una de las mayores preocupaciones de la madre: ¿comerá? ¿No comerá? ¿Cogerá el biberón? ¿Qué pensará al comer de las manos de una persona que no soy yo?

Y sin embargo, no es en realidad la peor de sus preocupaciones. Ese dudoso honor se lo lleva el sentimiento de culpa de la mujer, el sentimiento de abandonar a su bebé, de dejarlo pese a que aún le necesita, de dejarlo pese a que ella también le necesita. Una relación de amor, de cariño y de responsabilidad que lleva meses gestándose para ahora, de repente, cortarla por lo sano porque la sociedad lo establece de esa manera. Y en su cabeza se inicia una lucha entre lo que debe hacer y lo que quiere hacer, lo que se considera correcto y lo que siente que debe hacer, lo que le pide la sociedad, o su cuenta corriente, y lo que le pide su bebé.

Porque el bebé ya sabemos qué necesita, como sabemos lo que necesita la madre, estar juntos, pero la sociedad le pide que vuelva a su puesto de trabajo, algunos familiares también (¿cómo sino va a convertirse en una súper madre, sino es siendo madre y trabajadora a la vez?) y a menudo, como digo, la cuenta corriente, ese "si por mí fuera no iba a trabajar, pero tengo que hacerlo o nos echan de casa".

De entre todas, hay unas pocas que han podido ahorrar antes, o que tienen una situación mejor y pueden hacerlo, y se acogen al permiso de excedencia. En el caso del cuidado de los hijos (porque existe para el cuidado de otros familiares), se solicita a la empresa por escrito y es un permiso en el que dejas de trabajar por el tiempo que necesitas siempre que el hijo sea menor de 3 años. Puede cogerse todo el tiempo seguido o fraccionado, unos meses sí, unos meses no, volver a cogerla de nuevo, etc.

Durante ese tiempo no se cobra, la empresa no tiene ninguna obligación de pagarte, pero sí de conservarte el puesto, al menos durante el primer año de excedencia, o 15-18 meses en caso de que tengas una familia numerosa. Pasado ese tiempo pierdes tu puesto de trabajo pero a la vuelta tienes derecho a otro puesto de trabajo de la misma categoría o equivalente.

Cuando las compañeras se alegran y te apoyan

Como sucede en todas partes, hay quien tiene compañeras de trabajo cariñosas, amables, empáticas y comprensivas y quien tiene compañeras de trabajo tóxicas. Las primeras son las que se alegran cuando les dices que esperas un bebé, son las que hacen difusión del momento del parto, notificando que ya has tenido al bebé y las que van a verte o tienen un detalle (o al menos te felicitan vía móvil).

Entonces, cuando toca volver a trabajar, les dices que has decidido no hacerlo, no volver (o el jefe o jefa se lo comenta) y se alegran o lo ven lógico: "claro, si es que el bebé es aún muy pequeño", "por supuesto, que aproveche todo el tiempo que pueda", "qué suerte que ella puede hacerlo, a mí me habría gustado poder hacer lo mismo".

Saben que no estarás, quizás tendrán un poco más de trabajo por tu ausencia, pero entienden la situación y el momento, y son conscientes de que ellas podrían hacer algo parecido en el futuro o de que, de haber podido, habrían hecho igual.

Cuando las compañeras te critican

Compañeras que te critican

Dicen dos sabias frases que "Nunca llueve a gusto de todos" y que "Hagas lo que hagas, te van a criticar", así que de igual modo que algunas compañeras se alegrarán, las hay que te criticarán. Son las compañeras de trabajo tóxicas, conocidas por ser personas que se suelen sentir minusvaloradas, que destacan poco y que, para brillar como trabajadoras no optan por desempeñar mejor sus funciones, sino por intentar hacer ver a los demás que el resto trabaja menos o peor.

En caso de que te pidas una excedencia aparecerán sus primeros comentarios quejándose por tener que hacer el trabajo que tú dejas de hacer por no estar trabajando, por que hayan puesto a una suplente a la que haya que enseñar o porque crean que estás enviando indirectamente un mensaje a todas las que no se cogen excedencia: "¿Acaso se cree mejor madre por estar más tiempo con su bebé?". Porque claro, ellas volvieron cuando tocaba, cuando se les acabó la baja, hicieron lo correcto y su bebé les quiere mucho, y ellas también les quieren mucho, pero vas tú y te desmarcas trabajando menos y pasando más tiempo con tu bebé... y lo peor, ¡hay compañeras que lo ven perfecto!

Así se quejarán por tu ausencia y no te creas, se quejarán también cuando vuelvas, porque resultará que sin ti habrán estado genial, que apenas te habrán echado de menos y que la suplente lo habrá hecho igual o mejor que tú. Vamos, que tu regreso será otro problema porque habrá que ponerte al día de todo. "¿Súper madre? No, hija, no. Eso te lo creerás tú por haber estado más tiempo con tu bebé, como si te lo fuera a agradecer o algo, si luego no se acuerdan de que estuviste con ellos... súper madre soy yo que a los cuatro meses empecé a trabajar y tuve que combinar el cuidado del bebé, de la casa y el trabajo y mírame, aquí estoy."

¿Y los compañeros de trabajo?

También hay compañeros de trabajo, ¿no? Pues habrá de todo, habrá de los que se alegren y de los que critiquen, seguramente, pero por norma general los hombres suelen meterse poco en estos asuntos, básicamente porque cuando vuelven a trabajar no tienen el sentimiento de culpa de toda madre, pues no suelen ser los cuidadores principales del bebé, lo habitual es que sean ellos los que sí o sí vuelven a trabajar y, en consecuencia, no se sienten indirectamente señalados.

Vamos, que a pesar de que es triste afirmarlo, las mujeres tienen dos enemigos claros a la hora de conciliar el trabajo y la vida familiar: las leyes y las otras mujeres.

Fotos | iStock
En Bebés y más | Qué triste que te critiquen por cuidar de tus hijos, Y los padres, ¿no concilian su vida laboral con la familiar?, Imágenes de la vida cotidiana cuando los padres disfrutan de un permiso de 16 meses

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Comentarios cerrados
    • interesante

      Poco me importa lo que tengan que decir los demás. Si uno se pone a comentar esperado apoyo o crítica, vamos mal. Somos adultos, debemos dejar de esperar que todo el mundo nos apoye todo el tiempo. Si hablamos del entorno familiar, la cosa cambia, porque ese apoyo sí que vale la pena, pero en el trabajo la verdad ni fu ni fa.
      Siempre creo que las opiniones son como las narices: todos tenemos una... pero si andamos poniendo atención a narices ajenas nos vamos a encontrar de todo: comentarios desagradables, palabras de aliento, indiferencia, consejos, en fin....

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    • Avatar de chic_06 Respondiendo a Eli

      Eso mismo pienso yo.

    • yo la verdad es que no lo comenté con mis compañeras... no comenté con mi pareja. No estaba preparada para volver al trabajo y separarme de mi hija. Hicimos números, nos lo podíamos permitir y pedí un mes de excelencia con el que conseguí llegar a los 6 meses de lactancia materna exclusiva antes de volver a la oficina y seguir con el sacaleches. Pero lo de sacarse leche en la oficina lo dejamos para otro momento.

    • Yo estuve unos meses de excedencia, volví otros seis meses y me di cuenta de que en mi trabajo la conciliación familiar es sencillamente imposible por un problema de horarios. Tras pensarlo mucho, decidimos pedir una nueva excedencia hasta que la peque cumpla tres años. Creo que he tomado pocas decisiones más acertadas en mi vida (una de ellas, tenerla) y he de confesar que me preocupa poco lo que sucederá cuando regrese. Y no es porque andemos sobrados de dinero, ni mucho menos. Hoy, más que nunca, valoro lo mucho que importa el tiempo pasado con nuestros hijos y todos los momentos que pasan y no vuelven. Aunque tengo menos dinero que nunca, me siento una privilegiada. Eso no quiere decir que no eche de menos el hecho de trabajar fuera de casa; si puedes compatibilizarlo todo, considero que es lo ideal.

    • El peor enemigo de una mujer en el trabajo es otra mujer, eso me ha quedado demostrado en los casi 15 años de vida laboral que tengo. Cuando estás embarazada se burlan si has engordado, cuando das a luz y ven una foto de tu hijo hacen en alto el comentario de que tu hijo es feo para que lo oiga toda la oficina y cuando decides que no te queda otra que pedir una reducción de jornada la campaña de desacreditación que hacen es tan impactante que pasas de ser una empleada respetada a ser invisible y no tomada en cuenta para nada y cuando tienes la mala suerte de tener en el segundo enbarazo un aborto, ahí te queda claro, si no te ha quedado antes, que no hay nada que puedas hacer para que puedas recuperar el estado de gracia en el que te encontrabas antes, cuando no había otras mujeres en tu entorno. Lo triste es que la misma situación pasada por un hombre, esas mismas mujeres no lo critican sino que lo apoyan. Nos destruimos por esa competencia entre nosotras que para algunas mujeres es innata, lamentable, verdad?

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    • Avatar de jalumi Respondiendo a jalumi
      interesante

      Pues yo soy mujer y nunca he hecho eso con las compañeras que son madres y tampoco he visto ese comportamiento en ninguna mujer con la que he trabajado.

    • Avatar de jalumi Respondiendo a jalumi
      interesante

      Pues vaya mala suerte de compañeras que te has en encontrado. Yo llevo trabajando 22 años en distintas empresas, en la que estoy ahora llevo 14 años y somos solo en mi departamento 400 personas, y jamas me he encontrado con personas asi, ni he escuchado tales comentarios, y estoy segura que si a alguien, hombre o mujer se atreviera a decir semejantes burradas los demas se lo meriendan vivo y se le quitarian las ganas devolver a abrir la boca

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    • Avatar de jojoba Respondiendo a jojoba

      Qué suerte tienes, lo mismo le digo a mi marido por tener un ambiente de trabajo estupendo, eso vale más que cualquier otra cosa, poder ir a trabajar relajado y sin miedo a ningún tipo de represalia por parte de tus propios compañeros. El ambiente de trabajo que yo tengo es tóxico, pero es lo que tengo y tendré hasta que me jubile a no ser que tenga suerte de que me caigan los euromillones ;-) Por lo menos sé que con la reducción de jornada estoy protegida frente a cualquier imprevisto en los que me vea metida por culpa de "estas mujeres" y cuando salgo del trabajo y veo a mi hijo se me olvidan todos los problemas, no hay mejor cura. Gracias por el comentario!

    • Creo que se critica siempre. A las que se cogen excedencia y a las que no hacen uso de su baja por maternidad (famosas y no famosas). Incluso que está peor visto esta segunda libre elección. No estaría mal que también se tratara del mismo modo, exigiendo respeto, a las que por motivos de trabajo, no pueden o no quieren cogerse los cuatro meses de baja. Parece que sólo se pide respeto cuando se hacen determinadas cosas y no otras.

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