Cómo sabotear la relación con tu hijo adolescente en cinco pasos

Cualquier padre o madre sueña con tener una relación perfecta con sus hijos, muy especialmente cuando llegan a la adolescencia, pues esta etapa de la vida puede suponer todo un reto para la crianza y educación.

Todos deseamos que el vínculo con nuestros hijos adolescentes sea fuerte, amoroso y esté basado en la confianza y el respeto mutuo. Pero sin ser conscientes, muchas veces los padres somos los principales saboteadores de nuestra propia relación con los hijos debido a ciertas actitudes que lejos de afianzar nuestro vínculo de conexión, lo deterioran poco a poco.

Hay cinco maneras muy frecuentes de sabotear la relación con tu hijo adolescente en las que puedes caer sin darte cuenta. 

Dirige su vida (o dile lo que debe hacer)

Desde cómo debe vestirse, hasta las asignaturas optativas que debe elegir en el instituto, sus planes de ocio o la decisión que debe tomar acerca de un determinado tema.

Ser un padre controlador y querer dirigir la vida de los hijos para que hagan siempre lo que queremos (ya sea por miedo a que se equivoquen o les pase algo, porque desconfiamos de su criterio o porque queremos educarles a nuestra imagen y semejanza) es una de las formas más efectivas de sabotear nuestra relación.

Habla mucho y escúchale poco

Otra buena forma de 'cargarte' poco a poco la relación con tu hijo adolescente es hablar sin escuchar lo que tiene que decirte

acribillarle con preguntas y órdenes, querer quedar siempre por encima imponiendo tu criterio y hablar solo de tus preocupaciones, hará que tu adolescente se 'desconecte' de ti al no sentirse escuchado, tenido en cuenta y valorado.

Invade su intimidad

Si tu hijo no te cuenta lo que hizo durante el fin de semana, con quien sale, quién le gusta o qué hace todo el día en su habitación, prueba a cotillear sus redes sociales o mensajes de móvil, abrir la puerta de su cuarto de forma distraída y sin llamar para intentar pillarle in fraganti, o incluso sonsacar sutilmente información a sus amigos cuando vengan a casa.

Es probable que sacies tu curiosidad y te enteres de algún que otro "secretillo" escondido, y de paso, provoques una profunda crisis en vuestra relación.

Critica y juzga todo lo que hace

Que si "no me gusta tu forma de vestir", que si "la música que escuchas taladra los oídos", que si "menuda forma de hablar tan absurda tenéis los adolescente", que si "¿¡te crees que vives en un hotel?!", que si "yo a tu edad estudiaba y trabajaba al mismo tiempo, pero los adolescentes de hoy sois unos vagos", que si "sois una generación de cristal a la que no se os puede ni mirar", que si ...

¡Enhorabuena! Si lo que querías era sabotear la relación con tu hijo acabas de conseguirlo con tus constantes críticas y juicios a su persona, su entorno y sus aficiones.

Desconfía de él/ella

Hay muchas formas de demostrar a tu hijo adolescente que no confías en él/ella. Por ejemplo, no permitiendo que tome decisiones ni asuma ciertos riesgos; poniendo en duda lo que hace o dice; no escuchando ni valorando sus opiniones; negándote a negociar cualquier aspecto que se salga de tus ideas preconcebidas; controlando cada paso que da, estableciendo luchas de poder cada vez que surge la ocasión...

Así pues, si lo que buscas es que tu hijo adolescente no confíe en ti para contarte sus problemas o preocupaciones, y prefiera pedir consejo a otros antes que a sus propios padres: ¡sigue así! ¡Vas por buen cambio!

Es evidente que el tono de este artículo es irónico, pues ningún padre va a querer sabotear a conciencia la relación con su hijo adolescente. Pero todos podemos cometer errores que nos alejen de ellos y pongan en peligro nuestra relación, de ahí la importancia de ser conscientes de cómo nos dirigimos a nuestros hijos, cuidar los detalles a la hora de comunicarnos y evitar esos 'saboteadores' que tanto daño hacen.

Foto de portada | DepositPhotos

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