La crianza de los hijos nunca es sencilla. Se trata pues, de una responsabilidad que incluye cuidarles, alimentarles y, entre muchas otras cositas, enseñarles todo sobre la vida, de manera que ayudemos a nuestros hijos a convertirse en adultos felices y autosuficiente.
Pero aunque cada etapa tiene sus retos, hay ciertas etapas en las que padres y madres nos encontramos con nuevos desafíos que en ocasiones nos hacen cometer algunos errores sin darnos cuenta. Una de estas etapas es la adolescencia, en la que nuestros hijos dejan de ser niños para comenzar este proceso lleno de cambios físicos y emocionales, que les acompañará hasta llegar a la adultez.
Debido a la novedad que todo esto conlleva, es común que caigamos en cometer algunos errores que podrían alejarnos de nuestros hijos, pero que sabiéndolos identificar podemos corregirlos e incluso fortalecer la relación con ellos. Estos son tres errores comunes que podrían alejarte de tu hijo adolescente.
1) Sobreprotegerles
El primer error es uno de los más comunes que se suele cometer en esta etapa, especialmente por aquello que comentábamos acerca de que se trata de una etapa en la que dejan de ser niños. Entender que nuestro hijo ya es un adolescente y no nos necesita tanto como antes puede no ser sencillo para todos.
Desde luego, que esté creciendo y sea cada vez más autosuficiente y autónomo no significa que debamos dejarle solo: nuestro trabajo aún continúa y como sus padres debemos cuidarle y acompañarle, la adolescencia es una etapa en la que, aunque no nos lo digan directamente, ellos aún nos necesitan, ¡y mucho!
Pero debemos caer en el error de sobreprotegerles, ya sea queriendo cuidarle de todo, tomando decisiones por ellos o de intentando evitar que se equivoquen. Recordemos que la adolescencia es una etapa que también está llena de aprendizajes, y nuestro hijo necesita equivocarse para aprender, así como tener la libertad suficiente para tomar sus propias decisiones y conocer más sobre el mundo.
2) No respetar su intimidad
Otro error común, que puede provenir también de esa sensación de olvidarnos que ya no son niños, es no respetar su intimidad. Cuando se llega a la adolescencia es natural alejarse gradualmente de la figura de apego, que en este caso somos los padres.
Esto no quiere decir que nuestros hijos ya no nos quieran: simplemente necesitan su propio espacio. En este sentido, es necesario que mantengamos una comunicación abierta y respetuosa con ellos (establecida preferentemente desde su infancia), en la que sepan que cuentan con nosotros siempre que quieran y lo necesiten.
Y desde luego, debemos evitar caer en malas prácticas como interrogarle, revisar sus cosas o espiar sus redes sociales, pues hacerlo es la receta perfecta para sabotear nuestra relación con ellos.
3) Criticarles y señalarles
Finalmente, el tercer error común que podemos cometer con nuestro hijo adolescente es hacerle comentarios negativos o criticarle, ya sea a solas o frente a otros. Esto puede incluir desde señalarle en público alguna cosa que no nos agrada o ha hecho mal, hablar como si no estuviesen presentes, hacer comentarios sobre su cuerpo, criticar lo que visten o lo que les gusta, etcétera.
Es importante tener presente que la adolecescencia es una edad en la que están definiendo su identidad, por lo que pueden ser más sensibles a comentarios sobre su aspecto y comportamiento. Si hay algo sobre su comportamiento que nos preocupa, habremos de hablarlo en privado y de manera amable y empática con ellos.
En cuanto a sus decisiones sobre sus gustos o su forma de vestir, recordar que se encuentra en una etapa de experimentación y, pese a que quizás no nos encante su nueva forma de vestir o la música que escucha, nuestro trabajo es acompañarle y amarle tal y como es.
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