Es una realidad que el confinamiento empieza a pesar, especialmente para quienes tenemos hijos. Las ideas para mantener a los niños entretenidos se nos van agotando, y cada vez se hace más complicado teletrabajar al tiempo que mantenemos nuestra casa a punto y ayudamos a nuestros hijos con las tareas escolares.
Pero tomarse las cosas con humor puede ayudarnos a llevar mejor estos delicados momentos, y por eso queremos compartiros este divertido hilo viral que un padre ha publicado en Twitter, y con el que seguro que os vais a identificar.
Se trata de un usuario llamado Eugenio D'Ors, que ya nos ha arrancando la sonrisa en otras muchas ocasiones, como cuando habló del fin de semana con la mascota de la clase de su hija, del difícil trabajo que llevan a cabo sus Majestades los Reyes Magos o de las locas vacaciones en un camping que vivió con sus hijos.
El confinamiento de los solteros y las parejas sin hijos
Antes de meterse en faena, este padre comienza recalcando las diferencias de vivir la cuarentena solos o en pareja, a hacerlo con niños. En su opinión, en el caso de no tener hijos el confinamiento se traduce en "libertad total" para hacer lo que se quiera en cada momento del día.
Poco se está hablando de las diferentes formas de pasar la cuarentena según el tipo de hogar. Si eres soltero o soltera, lee este hilo: el destino de vez en cuando da regalitos, y en este caso os ha tocado a vosotros.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Hogar con tres hijos en edad difícil: 4, 8 y 11. DANGER.
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Si vivís en pareja pero sin hijos, más de lo mismo. Podemos añadir alguna que otra pelea, algún escarceo, roces cariñosos, etc. Pero la dejadez y el tedio os invade. Ya no os maquilláis, ni os afeitáis. Algunos ni os ducháis. Libertad total.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
El confinamiento de los padres con niños
Pero la historia comienza a cambiar cuando se tienen hijos, tanto más cuanto mayor sea su número. Y para dar muestra de ello se pone como ejemplo de padre de familia numerosa, con tres hijos de 11, ocho y cuatro años.
Los menús, lejos de atacar la nevera, deben ser mínimamente cocinados. Os alimentáis de los nutrientes básicos, pero por lo menos coméis a unas horas decentes. Vale, la siesta es complicada, pero podéis dejar que el niño juegue con vuestro zapato mientras miráis el móvil.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Con la ironía y el humor que ya ha demostrado en otros hilos virales, Eugenio comienza hablando de las peleas mañaneras entre hermanos y el desorden en casa, aunque su reflexión comienza a hacerse cada vez más tronchante a medida que avanza la jornada, especialmente cuando habla de las tareas escolares de sus hijos.
El ritmo es frenético. El día se alarga hasta el infinito. No puedes parar de pensar: si lo haces pereces. A las ocho de la mañana ya oyes ruiditos: los cachorros se desperezan. Primeras peleas. Algún lloro. Todo eso lo oyes desde la cama, con un ojo abierto. Al fin te levantas.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Rebuscas entre el montón. Sacas cualquier cosa. "Yo no quiero esta camiseta", "yo quiero un vestido", "yo me quedo en pijama". Haces desayunos. Invaden la cocina abriendo armarios. Los echas. Les sirves. Se dejan la mitad.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Ahora llega la parte más tensa, peligrosa y delicada de la jornada: las actividades que envían cada día desde el colegio mediante vídeos que graban los profesores. Les llaman "retos". Yo los llamo "siniestros desafíos para poner al límite la unidad familiar".
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Todo lo que exista en el planeta que mida más de 1000 metros de altura o longitud. Que cuando ves que el chaval empieza señalando el Everest en Moscú, y el Ebro naciendo de la zona de París ya sabes que la cosa irá para largo. Pero lo dejas hacer; que pinte, que pinte...
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Cuando creo que ya ha pasado lo peor, que lo tengo todo controlado, que solo queda la pequeña, con algún dibujito que le harán hacer, pulso play en el vídeo de su tutora. Aparece ella. Justo detrás, en la pared, tiene colgado algo. Un escalofrío recorre mi cuerpo.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
"Necesitaréis cositas básicas que tengáis por casa: cartulina A2, papeles de colores, revistas para recortar, pegamento, lana, telas, plástico de burbujas, cartones finos de los gruesos no, rotuladores de un millón de colores, pegatinas, un taladro black&decker, un cincel...".
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Total, que hago lo que puedo. Mientras recorto y pego cosas, la pequeña arruga otras, el mayor me pregunta que dónde está la India ("es Europa, hijo, qué estás haciendo"), la mediana se cabrea porque no le hago caso con los acertijos ("que no lo sé, hija, papá no sabe nada").
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Pero la aventura no acaba ahí...
Pero si hay alguien que piensa que la calma llega cuando la jornada escolar desde casa finaliza, está muy equivocado. O eso al menos es lo que nos cuenta este padre, para quienes las tardes son el escenario de voces, juegos exaltados, peleas entre hermanos y alguna que otra travesura de serias consecuencias.
Con todo lo vivido, no es de extrañar que al final del día los padres acabemos tan agotados que incluso nos cueste conciliar el sueño, por paradójico que pueda resultar.
Después de comer toca hacer la siesta que nunca jamás puedes hacer, pero la ilusión no te la quita nadie. Siempre lo intentas, aunque sabes que es en vano.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Intento teletrabajar. Apenas consigo hacer algo mientras su madre se ocupa de ellos, pero el drama está servido. A las seis de la tarde comienza la hora chanante, la de máxima exaltación. Es cuando empiezan a destrozar la casa. Ayer partieron una silla en dos.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Llega la hora de cenar. De nuevo, imaginación al poder. Tiro de bocadillos. Lo que sea. Mientras tanto, se duchan e inundan el lavabo. No hay dolor.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Por fin duermen. Silencio. Ese silencio del que los solteros disfrutan durante todo el día, y que cuando tienes hijos se ve reducido a la franja 2-3 de la madrugada. Leo, miro tuiter, veo la tele: máquinas que te hacen vibrar los pies, poquer, la ruleta..., la oferta es variada.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Así que ya sabéis: solteros, disfrutad de la cuarentena. Solidarizaos con nosotros, aplaudidnos o algo. Si puede ser, a las dos de la madrugada, que es nuestro momento.
— Eugenio d'Ors (@EugeniodOrs_) April 9, 2020
Cuidémonos unos a otros.@TwitterEspana#FeriaDelHilo
Personalmente, me he sentido muy identificada con en este hilo, y a juzgar por los miles de comentarios y retuits que ha tenido, creo que no soy la única. Es cierto que hay momentos del día que se tornan muy difíciles, y en los que teletrabajar se convierte en una utopía.
Fotos | iStock
Vía | @EugeniodOrs_