El estudio también sugiere que la frecuencia con la que unos padres castigan físicamente a sus hijos, puede determinar el grado intelectual que el pequeño adquiera.
Para llegar a esta conclusión, se utilizaron los datos pertenecientes a 800 niños, entre estos datos se encontraban aspectos como la religión que procesaban, la economía familiar, la edad del niño y de la madre e incluso el número de castigos que los niños sufrían por los padres. La educación que presente la madre o su edad no son factores determinantes como causa de los castigos físicos, tampoco eran factores determinantes ni la zona de residencia ni el estado económico de la familia. Sin embargo, según el estudio, la religión que practiquen los padres sí puede determinar que haya más o menos castigos.
Lo que todos los padres deberían saber es, que cuantos más estímulos intelectuales se les proporcionan a los niños mejor es su comportamiento, y que el castigo físico no es una solución, no es beneficiosa para ninguna de las partes, es necesario ser conscientes del daño real que produce el castigo físico, que además provoca un daño psicológico, mucho más difícil de subsanar pero muy fácil de evitar.
Vía | University of Michigan Más información | Podcast del estudio Más información | Family Relations